Cuando el slasher ya había caído preso de fórmulas más gastadas que las sandalias de Kung Fu y aburrían con esquemas que se repetían más que el ajo, salió esta no muy conocida película que se acercaba al género desde una óptica ligeramente distinta: en lugar de adolescentes salidos, empleados del turno de noche de un sipermercado, y en vez de un psicópata enmascarado indestructible, un asesino de identidad "misteriosa". Y bastante más sangre de lo habitual en el género a esas alturas.

El resultado es una película cuando menos simpática, que cuenta entre sus virtudes un buen puñado de muertes espectaculares y sangrientas que aprovechan los elementos presentes en el supermercado (un montacargas, un gancho de colgar la carne...), unos buenos efectos especiales, unos personajes menos imbéciles de lo habitual, algún momento cómico agradecido, y un uso interesante de la cámara que mezcla trucos habituales del género (la cámara subjetiva) con planos y contraplanos poco convencionales. Tiene defectos también, claro, empezando por un misterio (la identidad del asesino) que de misterioso no tiene nada, y siguiendo por una música bastante ratonera que no ayuda a crear atmósfera ni cosa que se le parezca.

Como curiosidad, la produce el amigo Sam Raimi, que hace un papel secundario. También sale Bruce Campbell, en un papel muy corto, prácticamente de extra (aparecerá un par de minutos, si llega).

En resumen, un slasher que no reinventó el género pero que tampoco es exactamente "más de lo mismo", sangriento, divertido, y bastante interesante para los aficionados al género.

A "Combat shock" se le ven las costuras por muchos sitios: los actores en realidad no lo son, las carencias técnicas son más que evidentes, el ritmo es irregular, las escenas de acción están rodadas de forma chapucera y hay decisiones muy poco afortunadas (mostrar explícitamente al hijo deforme cuando no tienes medios para hacer un "niño deforme" en condiciones), todo eso no hay forma de negarlo.

Pero por otra parte, a "Combat shock" hay que reconocerle algunos méritos también:

Cuenta una historia interesante, y que la cuenta bien, con un guión y unos diálogos de una calidad infinitamente superior a lo habitual en películas de presupuesto tan limitado.

Consigue hacer creíble a su personaje principal y a algunos de los secundarios (la mujer) y "terciarios" (los de la oficina del paro).

Tiene una ambientación áspera en suburbios mugrientos bastante convincente y bastante adecuada a la historia que cuenta y a sus personajes.

Tiene cojones. Me explico. Tiene el valor de hacer un retrato de la degradación de las grandes ciudades norteamericanas y una denuncia de la marginación sufrida por los excombatientes que perdieron la guerra que envía a "Taxi driver" o "Rambo" directamente a la sección de "cuentos infantiles y libros de colorear". En cuanto a crudeza y sordidez, se entiende.

No la recuerda casi nadie porque es demasiado extrema y tosca para los degustadores del cine de autor y excesivamente "seria" para los amantes de la serie Z. Pero es más que interesante.

Muchos (es un decir) de los pocos (esto es literal) que se animan a ver esta película esperan una comedia sangrienta, sobre todo por tener el sello de la Troma, y un poco también por el título y el cartel que parecen sugerir un tono de humor negro.

Y claro, "muchos" de los pocos que la ven, se llevan un chasco. Porque de comedia, nada. Es una película de terror que toma "prestados" elementos de "La última casa a la izquierda", "La matanza de Texas", "La violencia del sexo" o "Psicosis", a saber, excursionistas ingenuas, paraje aislado, familia de garrulos tarados, violencia explícita tanto psicológica como física como sexual, relaciones materno-filiales no del todo saludables, un poco de sangre...todo ello engarzado a través de un guión bastante flojo y realizado con unos medios económicos y técnicos evidentemente modestos.

Tiene algún que otro momento interesante, la mayoría de ellos protagonizados por la hijaputa de la vieja de los dos angelillos, pero se hace repetitiva y tiene serios fallos de ritmo, aparte de interpretaciones muy de batalla y efectos especiales de andar por casa.

Puede gustar a aficionados al gore baratillo y cinéfagos no muy exigentes en general.

Como curiosidad, decir que se rodó en un bosquecillo anexo a un lago en cuya orilla opuesta se estaba grabando a la vez otra película que tuvo algo más de éxito...una sobre un campamento y un muchacho que se ahoga...no sé si os sonará de algo...

Fui a ver "Joker" de casualidad. Literalmente. No quedaban entradas para la película que había ido a ver, y como me había chupado media hora de cola y no tenía un plan mejor, decidí darle una oportunidad. No me gustan por lo general las películas de superhéroes y derivados, pero bueno, había creído oír quejarse a dos chavales que salían de la sesión anterior de que esta película no tenía nada que ver con el universo marvel, o algo así, que no era de superhéroes ni nada...y era cierto. "Joker" es todo lo contrario a una película de superhéroes, de hecho es un drama sobre un antihéroe al que las circunstancias empujan a convertirse en un villano. Con una ambientación realista en una Gotham que se parece sospechosamente al Nueva York cochambroso y mugriento de las películas de Scorsese, buenas dosis de crítica social (la marginación de los enfermos mentales, el ensimismamiento de las clases pudientes, la precariedad laboral, la falta de ética de los medios de comunicación y el desmantelamiento de los servicios públicos salen a relucir de una forma u otra) y un tono dramático alternado con momentos de humor negro y toques de intriga, "Joker" cuenta cómo Arthur, un pringao con problemas de todo tipo que trabaja haciendo de payaso va experimentando un proceso de hinchazón hueval progresiva que le lleva a romper la baraja y convertirse en el Joker. Parece ser que dicho proceso se aparta de lo narrado en los cómics de Batman y demás. Si es así, ha sido para bien.
Y de la interpretación de Joaquin Phoenix qué se puede decir. No caer en el ridículo haciendo este personaje era todo un reto, y él consigue no solo eso, sino hacerlo creíble, dotarle de humanidad, hacerlo por decirlo asi "de carne y hueso".

Si hubiera más películas basadas en cómics que fuesen como esta...yo vería más películas basadas en cómics.

Nunca jamás se ha plasmado en el cine con tanta eficacia la figura del "buen salvaje" de los escritos de Rousseau. Pocas veces se ha criticado de forma tan certera el sinsentido de la vida moderna con su burocracia, sus normas absurdas, sus intereses económicos aviesos y toda esa purrela. Aquí, a diferencia de la vida real, los malos acaban cobrando y a las sencillas gentes campestres (o selváticas) les acaban dejando en paz. Qué bonita es la vida en las comedias chorras.

Y qué divertida.

Y lo digo en serio.