Hilary Swank nos brinda una actuación extraordinaria con respecto a su personaje, el cual fácilmente se puede poner a la altura de su gran actuación en ''Boys Don't Cry'', mientras que Morgan Freeman hace lo suyo de igual forma, mereciéndose ese Óscar al mejor actor de reparto en la ceremonia de ese año. Pese a que el guión no es la gran cosa con respecto a otras películas de Eastwood como ''Río Místico'' o ''Sin Perdón'', Paul Haggins nos muestra la versatilidad que tiene al redactarlo, cosa que resultaría perfecto en su siguiente película (Crash).

Eastwood triunfa como director por lo alto, y ésta película no es una excepción, aquí nos muestra la maestría que tiene, la cuál anteriormente lo había hecho triunfar en la entrega de los Óscar, considerándola como una de sus mejores películas en cuanto a dirección e incluso de del género deportivo, superando a otras como Chariots Of Fire y poniéndose a la altura de otras muy reconocidas como Rocky.