Sencilla, esencial, soñadora, sensual, poética, romántica, sobre todo romántica, son algunos adjetivos que pueden describir a In "The Mood For Love", una pequeña joya del séptimo arte. Wong Kar-Wai hizo una película cargada con detalles relevante que dan intensidad a sus emociones. Wong Kar-Wai se muestra aquí absolutamente deslumbrante, dando vida a un melodrama de destinos cruzados de dos almas perdidas, engañados por ambos cónyuges se mantendrán en el anonimato que encierre a los dos protagonistas en una burbuja carente de cualquier contaminación externa, sólo un pequeño mundo intacto, donde dan pie al nacimiento del deseo. La actuación es excelente y el director alcanza la cima de su arte visual y estético, dando forma a su pequeño mundo privado y realzado por la belleza de las imágenes y diálogos, muy bien arropados por un ritmo deliberadamente lento y sutil, que encaja al milímetro con la harmonia de colores y sonidos lentos que evocan un sinfín de ensayos de baile, revolviendo silencios musicales como las olas en el mar.

Duro y tierno drama sobre el amor y la muerte, Michael Haneke ofrece una perspectiva nueva y desafiante sobre ambos aspectos, Amor es devastadoramente original en la que se examina con mucho tacto el efecto del amor sobre la muerte, una obra alejada de todo sentimentalismo, narrada con una sinceridad incuestionable y aunque su tono es aparentemente frió Haneke conmueve al espectador con cada detalle de metraje.

Adaptación de la novela de John Steinbeck, "Las uvas de la ira" nos muestra a las familias de agricultores de Oklahoma en busca de puestos de trabajo estacionales en los patios de California, sobre todo a causa de la crisis de 1929. John Ford da vida a un drama sin contemplaciones, para darnos una película fuerte, conmovedora y extremadamente realista. Pocas películas logran alcanzar un grado de intensidad tan dramático sin caer en el sentimentalismo fácil.

"Las uvas de la ira" es a la vez una queja en movimiento, sobre la capacidad de la resistencia humana y la fuerza del idealismo que un cargo político malicioso ejerce a favor del capitalismo mas vil. La película narra la transformación de una civilización que dejó un mundo de tradición para adentrarse en uno de modernidad. Para algunos, la conmoción causada por la modernización de la sociedad es sinónimo de progreso, pero para Ford es una fuente de sufrimiento encarnados por los abandonados que quedan al margen de la modernización.

Ford refleja su sello de director artístico, atreviéndose a mezclar el realismo y onirismo. Logro esa mezcla gracias en gran medida una una fuerza narrativa inusual, acompañada de una humanista magnitud inolvidable. Sin poder olvidar el éxito de una puesta en escena excelente, a veces casi documental, y rodada en un honesto blanco y negro, que impregnan las escenas de realismo, al igual que su magnifica fotografía. Las interpretaciones son perfectas, y Henry Fonda esta simplemente increíble, logrando una actuación digna de estudios.

Todos estos ingredientes sirven a Ford para infundir el humanismo en su película, sin caer en lo sórdido, la pelicula continúa ganando impulso en toda la historia hasta la ruptura final. También difícil de superar por la dimensión de la tragedia humana implacable e histórica. "Las uvas de la ira" es sin duda una de esas pelicula que merecen varios visionados, tanto por su calidad, como por su mensaje.

La pianista no es una película cómoda de ver, pero es profundamente conmovedora y convincente en su trasfondo de la represión sexual y la soledad de la mediana edad. Es la obra de uno de los directores europeos más distinguidos, Michael Haneke, que es quizás es mas conocido por su película de 1997 Funny Games .

La pelicula por encima de todo es notable por el desempeño de su actriz protagonista, Isabelle Huppert. La actriz interpreta a una mujer de mediana edad desconectada, sexualmente reprimida, que vive la mayor parte de su vida bajo el orden y la autoridad, logrando que su personaje sea tan conmovedor como inquietante. Se trata de una mujer que tiene una relación con una sola persona, su madre. Su padre es encerrado en un manicomio y ella no es capaz de formar una relación con cualquier otra persona, es como si ella estuviera todavía atrapada en el vientre de su madre, incapaz de liberarse y formar un vínculo tangible con el mundo exterior. La interpretación de Huppert de Erika nos muestra un alma torturada incapaz de amar a otro ser humano, y por lo tanto su sexualidad es inevitable que se sigue un curso claramente perverso. La relación madre-hija interpretado por Girardot y Huppert es aterradoramente realista y proporciona una base creíble para el personaje de Erika.

La pianista no es una película que despierte el interés entre todos los públicos. Aunque es relativamente moderada en lo que se muestra en la pantalla, es una película que no tiene reparos en alterar a su público, lo hace con algunas imagenes de simbolismo grotesco. Hay algunos momentos de alivio cómico, pero estos extrañamente tienen el efecto de acentuar su atmósfera fría e inquietante en vez de aliviar la tensión. El sentimiento de la tragedia desesperada que viene del abrupto final de la película es de hecho muy real. La pianista puede que no sea una experiencia agradable, pero es una película que deja una impresión duradera.

"La vergüenza" es una película tremendamente profunda e inquietante sobre las indignidades de la guerra. Sus actuaciones son extraordinariamente sutiles, Liv Ullmann y Max von Sydow interpretan a una pareja de clase media, cuya existencia en silencio peligra para siempre por una misteriosa guerra civil, que los arranca de su tierra natal.

Considerado por muchos como una de las obras maestras de Bergman, "la vergüenza" es sin duda uno de sus trabajos más accesibles. En la década de 1960, Bergman se trasladó a Faro, una pequeña isla sueca en el mar Báltico, donde también dirigió una serie de películas atrevidas e introspectivas. En dos de esas películas de "isla" - "Persona" (1966) y Pasión (1969) - experimentó con una forma de auto-reflexiva y narrativas fragmentadas utilizando el desolado paisaje como un purgatorio existencial donde fueron exiliados a sus personajes. Sin embargo, con vergüenza, Bergman se sintió obligado a hacer una declaración de no política sobre la deshumanización de la guerra como el conflicto de Vietnam se intensificó.

El poder de "la vergüenza" es su sencillez, lograda a través de su director de fotografía Sven Nykvist, quien con su juego de luz y sus planos dota a la pelicula de un brillo sobrenatural y onírico. Asiduos de mucho tiempo Liv Ullmann y Max von Sydow encarnan a sus personajes con una emotividad que por momentos es muy incómoda y no siempre resulta fácil de ver. Bergman casi no muestra ningún tipo de violencia, sin embargo logra transmitir el horror de la destrucción y la forma en que los mayores ideologías de la política no importa cuando uno se enfrenta a la supervivencia y la muerte.