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Voto de Kinomatique:
9
7,1
362
Documental Documental que pretende introducirse en el mundo de las agnosias y las alexias, enfermedades cerebrales que conllevan diferencias sustanciales a la hora de percibir eso que llamamos 'realidad'. El inicio de toda esta historia es un artículo que apareció en la contraportada del diario El País. El escrito narraba el caso de Esther Chumillas, conquense de 18 años y agnósica desde los 15 como consecuencia de una meningitis mal ... [+]
23 de septiembre de 2006
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
La enorme sala del auditorio del Kursaal (Cubos de Moneo) donostiarra completo. Una clamorosa ovación que duró todos los créditos finales y más, inundó la sala. Parte del público se levantó y aplaudió. Increíble. Y eso que en el Zinelmaldi (Festival de Cine de San Sebastián) se aplauden las películas que gustan, y mucho además. Más aplaudida que Babel de Iñárritu.

No sé si es el mejor documental español, pero sin duda es uno de los mejores. Joaquín Jordá no sigue las reglas clásicas del documental, si lo haría, seguramente, sus documentales no serían esa delicatessen para nuestros sentidos:

-La fotografía no está necesariamente cuidada. La mayoría de planos están hechos cámara en mano.

- Si se ve un perch-man; o el propio micro, no pasa nada. Si ve a la ayudante de sonido y a la vez reportera, tampoco pasa nada. Y es que a Joaquín Jordá eso no le importa, porque lo importante son sus personajes. No nos quiere ocultar el hecho de que es una realidad buscada, no nos oculta el hecho de que hay un equipo técnico trabajando en el producto. No intenta hacernos creer de que lo que nos cuenta el documental es la realidad tal cual, es decir, no busca la función mimética propia del cine. No. Simplemente nos muestra a unos personajes contándonos sus experiencias delante de la cámara.

-La cámara sigue a los personajes en sus vidas cotidianas. No están todo el día delante de un estudio o del salón de su casa a contaros su historia. Se enfrentan a sus problemas o superan las adversidades.

-El propio Joaquín es amigo de los personajes, él se convierte en un personaje en esta historia. Y eso se nota. Porque no hay esa frialdad delante de la cámara, y es algo que se agradece de sobremanera. Los personajes son espontáneos, y aunque están ante la panóptica mirada de la cámara que de alguna forma interacciona en su comportamiento; no dejan de ser ellos en estado natural.

-Esa pequeña metáfora del ajedrez con las caras de los personajes en una singularidad que se aprecia, dándole un toque artístico al documental.
Kinomatique
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