No he parado de escuchar desde hace unas semanas la constante reiteración en el hecho de que a la segunda parte de El Hobbit (y consecuentemente a la trilogía) le sobra metraje. Es obvio pensar que yo mismo vería esto cuando acudiese al cine para disfrutar de la película, pero no ha sido el caso.

Cierto es que Jackson se toma muchas libertades con la obra de Tolkien añadiendo nuevas tramas y personajes con los que rellenar los huecos necesarios, pero cuando estas adiciones están tan bien realizadas...¿cómo pueden sobrar?

Prácticamente todo plano de esta película es disfrutable al 100%, e incluso cuando se planos situacionales "made in New Zeland", seguimos estando ante una de las mejores películas del año.

Divertida, entretenida, conmovedora, evocadora, bien escrita, mejor dirigida. Si no la disfrutas, es que tienes un problema con el cine. Otra gran epopeya, que te deja con ganas de más.