Recuerdo que en su momento me sorprendieron las magníficas críticas que recibió la peli asiática original, críticas que no comprendía ni compartía, pues a mí me parecía una peli exagerada, ultra violenta, y con personajes caricaturescos y como de cartón (no voy a decir de cómic porque sería minusvalorar al cómic como forma de arte). Así que tampoco esperaba nada del otro jueves cuando me puse a ver esta nueva versión americana. Pero, mira tú por donde, resulta que me ha gustado bastante. Aunque para disfrutarla, desde luego, hay que dejarse llevar por su espíritu excesivo y algo surrealista, y también por esas soberbias coreografías resueltas en un solo plano secuencia, donde el bueno de Josh se cepilla a un ejército entero de malotes que no paran de atacarle por todas partes como una nube de moscardones. En fin, que me lo he pasado bastante bien y le pongo un siete.