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España España · Barcelona
Voto de jaxon4:
9
Thriller. Drama Texas. Chris, un camello de poca monta, y su padre planean matar a su madre y ex-mujer para quedarse con el dinero de su seguro de vida. La razón es que Chris ha contraído una deuda y está amenazado de muerte. Padre e hijo contratan los servicios de 'Killer Joe' Cooper, que es policía y también asesino a sueldo.
21 de octubre de 2011
6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esperaba ferviente la última obra del 'rabioso' Friedkin. Apenas me acordaba que su última pieza había sido la no menos rabiosa 'La Presa'. Y las expectativas no me defraudaron. Esta puede ser la obra de madurez crepuscular del director de 'French Connection', lo mismo que para el gran Sidney Lumet fue 'Antes que el diablo sepa que has muerto', con la que, por cierto, guarda ciertas conexiones: sequedad expositiva, cuestionamiento de los valores familiares, ya sean éstas disfuncionales o no, desencanto con la condición humana (aquí no hay buenos y malos, sino malos y peores). Ambas describen almas humanas que, por necesidad, pueden ser abyectas hasta con sus seres más queridos, las personas que les trajeron al mundo. Pero mientras la de Lumet la miseria se daba entre los miembros de una familia aparentemente acomodada, la de Friedkin tiene lugar en una familia ya de por sí miserable (pura escoria 'redneck'), con sus miembros siempre a punto de sacarse los ojos los unos a los otros por cuatro chavos. Friedkin va directo al grano, no sólo en cuanto al desarrollo de la trama, en la que no sobra ni un minuto de, sino también en cuanto al tratamiento de la violencia, muy al estilo de los hermanos Cohen y películas como 'El demonio bajo mi piel' (atención a la escena del pollo frito, en la que lo explícito se hace simbólico). Lo hace con la pasión de un neófito, pero con un dominio del tempo dramático y de los personajes (magníficamente interpretados todos, con mención especial a Thomas H. Church y al mismo McConaughey), al que sólo puede aspirar un director como él, un viejo rockero artesano del cine, como Frankenheimer, el citado Lumet, John Badham o el también malogrado Sidney Pollack, todos ellos sin pretensiones de 'auteur'. Lo mejor es, como en 'La Presa', ese dominio del espacio escénico, con una puesta en escena natural y precisa, esos encuadres medidos y la concatenación de planos bien sincronizados que dan ritmo intenso a la acción, a pesar que esta se enmarque en escasos escenarios (no se puede negar su origen teatral). Lo que mejora en esta película con respecto a la anterior (que data del 2003), es su concisión: es breve y punzante como un buen puñetazo en el estómago. Friedkin nos propone la excusa perfecta para diseccionar en pantalla el desmoronamiento final de una caterva de 'rednecks' sin futuro, de la cual sólo el personaje del padre de familia (que interpreta magistralmente, como ya he mencionado, Church) lo podemos finalmente acoger con lástima.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jaxon4
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