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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
9
Drama. Romance La pasión por la música lleva a Gretta (Keira Knightley) y a Dave (Adam Levine), novios desde el instituto, hasta Nueva York. Pero cuando él, una vez alcanzado el éxito y la fama, la abandona, ella se queda completamente desolada. Una noche, un productor de discos (Mark Ruffalo) recién despedido, la ve actuar en un bar de Manhattan y queda cautivado por su talento. Primera película en USA del director de "Once" (2006). (FILMAFFINITY)
20 de diciembre de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ocurrió ya en Once, hace unos años, y con Begin Again el director y guionista John Carney lo vuelve a demostrar: se puede hacer cine sentimental sin ser meloso, se puede hablar del poder redentor de la música sin resultar cursi, se puede apelar directamente a los buenos sentimientos del espectador sin manipularlos. La clave está, creo yo, en la coherencia y en la verdad que hay en las composiciones (desde el guión y los actores) de los personajes de estas historias. Son personajes que siempre dan el paso lógico en sus conflictos, que no son buenos ni malos, sino reales, que sufren, ríen, lloran, cantan, hablan y perdonan, de la forma en que la gente lo hace en la vida real.

En Begin Again tenemos a dos deliciosos outsiders, dos solitarios cuyo destino y una canción están destinados a cruzarse. Una chica inglesa acaba por rebotes y feas carambolas sentimentales sola en Nueva York. Compone y canta, pero no tiene ningún interés en sacar partido a un talento tan grande como sus defensas a que le toquen el corazón. Un curtido, medio alcoholizado, divorciado, recién despedido y demasiado franco productor musical; ve y/o oye algo en ella que le empuja a querer grabar sus canciones, de la forma que sea. Y juntos se embarcan en ese sueño, con unos cuantos conocidos y desconocidos, por encontrar un sonido auténtico en la ciudad de Nueva York.

Begin Again no busca ser rompedora, ni busca provocar una lágrima fácil o convertirse en una comedia romántica convencional. Pero acaba siendo original en su sencillez, emocionante en su honestidad. Acabas amando a cada uno de los personajes que van apareciendo en pantalla, pues todos los miembros del reparto están maravillosos. Acabas por rendirte una vez más ante la gran ciudad: por mucho que ya la hayamos visto en el cine, sigue siendo un escenario fascinante para cualquier historia. Y sobre todo, acabas enamorado de sus dos protagonistas, porque tanto Keira Knightley como Mark Ruffalo consiguen crear esa hermosa cotidianidad a la hora de mirarse, de moverse, de hablarse. No hay nada artificioso en sus interpretaciones, nada impuesto o irreal. La humildad con la que Knightley canta desmontaría al más escéptico. La sinceridad con la que Ruffalo mira (¿hay unos ojos masculinos más desnudos y honestos en el cine moderno?) emocionaría al más gélido.

Y al final, queda ese hermoso regusto, ese bonito recuerdo, esos ideales coherentes, ese afecto por encima de cualquier relación, esa familia creada de la nada, ese sonido en las calles… esta aventura intimista sobre la música y los afectos, sobre una nueva oportunidad para valorarse a uno mismo y a la vez poder volver a amar, otra vez.
jaly
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