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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
9
Terror. Thriller Jesse es una chica que llega a Los Angeles, California, para hacer su sueño realidad: convertirse en supermodelo. Pero su juventud y belleza despertará al demonio, y se verá atrapada en un peligroso mundo de envidias y celos en el que las modelos están dispuestas a todo para triunfar. (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema con el cine de Nicolas Winding Refn se reduce simplemente éxito mediático y viral de Drive (que a su vez es su película más accesible), y a cómo muchos espectadores y críticos esperan incansablemente encontrarse con otra cinta como aquella. Por supuesto, todas sus películas son visualmente y musicalmente estilizadas hasta el paroxismo, pero eso es un sello de autor, así que desesperarse por las interminables secuencias que juegan con la luz y el sonido y desatienden la narrativa y los ritmos convencionales, así como lo lacónicos que son siempre sus personajes, es darse de cabezazos contra un muro. Es como pedirle a Woody Allen que los personajes de su cine estén callados, o decirle a Scorsese que sea más mesurado en el uso del montaje y de la música. Si, así de absurdo.

Además, con Winding Refn está el juego de géneros. No he visto aún sus primeras películas (la trilogía Pusher; y Bleeder), pero en Bronson, su aproximación a la biografía, rompía las formas del género a través de un éxtasis teatral, de comedia y horror; Valhalla Rising era un viaje épico, sensorial y silencioso que buscaba un significado religioso y a la vez fantástico para su contexto; en Drive el cine negro y el drama romántico se unirán en una persecución crápula y a contrarreloj; y Sólo Dios perdona funcionaba como operística e introspectiva tragedia barroca de los bajos fondos de una gran metrópoli. Ahora llega The Neon Demon, que en esencia es una fábula de terror, como si Eva al Desnudo o Cisne Negro estuviesen contextualizadas en una cinta de vampiros sedimentos de belleza y juventud.

Pero The Neon Demon es un ejemplo claro de una película en la que argumento y trama van por dos caminos separados. La llegada de una chica muy joven a Los Angeles, a labrarse un futuro como modelo, y los enamoramientos y las envidias que eso provoca en otros maniquíes, maquinadores, fotógrafos y gentes de la profesión, daría para varios momentos de crítica y sátira sobre ése mundo de la moda y su masticada superficialidad o la vanidad de sus pobladores. Pero en realidad, Winding Refn habla de otra cosa a través de la lánguida, asexuada y estática belleza de Elle Fanning (un patrón que ha dominado la moda masculina y femenina durante muchos años). Su personaje asegura en un momento que no tiene ningún talento, ni para actuar, cantar, bailar o escribir, pero que su talento está en su belleza y por eso debe aprovecharla. Sabe el efecto que su belleza causa en los otros, la conmoción que su energía provoca. Y por eso, a pesar de su limitada personalidad, o de su escasa experiencia como mujer y como persona, puede hacer cualquier cosa con quienes le rodean.

Esa pulsión, esa energía involuntaria que causa en los otros, es en realidad el tema de una película llena de símbolos sobre la llegada al mundo adulto (las pesadillas de la protagonista), sobre el hambre irracional de éxito (finalmente, no hay reflexión en esa búsqueda, sólo impulso interno), y sobre el efecto que esa "gente con luz" tiene en los otros (el efecto de los artistas cuando su herramienta, la que sea, sobrepasa lo racional).

Winding Refn nunca se disculpa por su creación de personajes, aunque muchos de ellos sean más ideas o símbolos que creaciones naturalistas. La interpretación callada y catatónica de Fanning desesperará a aquellos que no saben en realidad lo que significa, por muy snob que esto pueda sonar. Otros pensarán en lo extremo del extraordinario personaje de Jena Malone, sin darse cuenta que ella habla al guión como ejemplo de amor absoluto. Pero quien se deje seducir e hipnotizar por los estímulos de esta película, por la extraordinaria banda sonora electrónica de Cliff Martínez y las evocadoras imágenes de Winding Refn, se dejará llevar fácilmente a sus rincones más inocentes, aquellos que evocan a una Caperucita Roja asediada por los lobos de la madurez (en extraordinarias secuencias como el casting modo Victoria's Secret, o la sesión de fotos); o a los más oscuros, aquellos en los que, como bestias, haríamos desaparecer la carne para que sea carne de nuestra carne.
jaly
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