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España España · Barcelona
Voto de LennyNero:
2
Thriller Sebastián, un delincuente de poca monta recién salido de prisión, decide buscar empleo en una pequeña empresa de Galicia. Pero no por vocación desde luego, sino porque algo le dice que el dueño de la empresa, Regueira, no se ha pagado el Jaguar con cangrejos. Mediante una astucia, se hace amigo de un encargado, Raúl, y consigue que le contraten. Regueira se lo cree sólo a medias, pero comprueba muy rápidamente que aquel joven de dientes ... [+]
2 de febrero de 2010
2 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vistos los últimos casos de corrupción, de descrédito de la clase política y demás historias deshonestas que han asolado el país durante todo el año 2009, no debería sorprender que desvergüenzas como atreverse a rodar una infamia de película como Agallas con dinero público sea posible. Sinceramente, aquí ya no se trata tanto de juzgar la calidad de la película sino de preguntarse el por qué de las subvenciones. Resulta realmente penoso e irritante ver a donde va a parar el dinero del contribuyente cuando hay tantas necesidades básicas y carencias que cubrir.

Y es que lo peor que se puede decir de este simulacro no es necesariamente resaltar su construcción chapucera y su pésimo resultado. Más bien todo gira en torno a su inutilidad como producto, su indefinición entre la búsqueda del mainstream y la pretensión autoral y la vaciedad de su objetivo final. Un film que transita mansa y perezosamente por las corrientes de lo prescindible; tratando de crear una suerte de retrato del narcotráfico en Galicia a la Michael Mann, con su imagen sucia, su definición digital y su aproximación al marco de lo realista, el film naufraga por su incapacidad de recrear lo que más debería importar en una historia como la que nos ocupa: el tratamiento de los personajes.

Vacuos, monolíticos, hieráticos, monolíticos…Habría muchos otros sinónimos para definir a unos intérpretes que se pasean por pantalla como meras piezas intercambiables de las cuales puede uno prescindir en el momento en que uno deseé. Personajes sin ninguna personalidad que los distinga más allá de su presunto juego amoral y que carecen de todo tipo de profundidad. No entendemos sus razones, no se indaga en su background ni en su psicología. Con todo ello sólo se consigue una cosa, vaciar de todo interés a una trama que ya de por si podría resultar tópica pero con posibilidades de haber resultado al menos un apreciable intento de filmar un film de género mafioso en nuestro país.

Pero para que esforzarse cuando se puede optar por algo tan simple como poner en nómina a un actor contrastado como Carmelo Gómez y a una estrella de la televisión como Hugo Silva para garantizar, sino un taquillazo, sí una cierta resonancia entre un cierto tipo de público. A partir de aquí imagino que el trabajo de sus dos directores, Samuel Martín Mateos y Andrés Luque Pérez, debió limitarse a poner más de una vela al santo patrón de la cinematografía para que el talento interpretativo paliase la ausencia de personaje a interpretar.(sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
LennyNero
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