Dentro de ese tópico rayado llamado “subgénero” carcelario (no entiendo por qué han colgado esa etiqueta a uno de los documentos más irreprochables de denuncia social), "Fuga de Alcatraz" me parece uno de sus mejores exponentes.
Don Siegel, es uno de esos directores a los que determinada crítica snob suele denominar “artesano” (¿de qué? ¿de alfarería?, en fin...). Un artesano que hizo cosas sobresalientes. Aquí dirige con una admirable (y necesaria) austeridad de recursos narrativos y expresivos, la firme determinación por parte de un grupo de presos del conocido penal norteamericano de encontrar la libertad al precio, inclusive, de su vida.
Al contrario que en otras películas, aquí la acerada crítica social del sistema penitenciario, concebido como un instrumento de aniquilación progresiva del individuo, no es tan explícita. Está atenuada en aras a narrar de forma seca, cortante, sintetizada, los preparativos de una fuga casi imposible por parte de tres reclusos de la mítica isla-presidio.
Por otra parte, Siegel prescinde también de hacer un estudio psicológico, siquiera superficial, de los personajes.
El guión es lo suficientemente sólido para dar verosimilitud, tensión y consistencia a la trama carcelaria. No hay gangas, efectismos ni bagatelas, en forma de gratuitas sesiones de casquería (salvo una escena en que un recluso se corta un dedo con un hacha que, aunque sea algo cruda, en ningún caso considero que se trate de una escena caprichosa).
Eastwood hace una interpretación sobria y sin concesiones a la galería (nunca mejor dicho). El resto de actores secundarios cumplen más que dignamente con su cometido.