Lo que pensé antes de empezar a verla es que, con Russell y Dillon en el reparto, y pasando por el Festival de Toronto siendo nominada para el premio del público a mejor película, ésta no podía ser mala. Y no lo es en absoluto.
El tema quizás está algo trillado y no aporta nada nuevo. De hecho por momentos me vino un regustillo a "The Italian Job".
Aún así sorprendido positivamente con esta película sin pretensiones que la hacen por ello amena e interesante.
La película cuenta de la manera más inteligente la historia del ladrón caído, conductor de robos y acróbata motociclista Crunch Calhoun (Kurt Russell, siempre carismático), quien después de haber sido traicionado por Nicky (Matt Dillon) su medio-hermano y ex-socio en un crimen, se ve obligado a cumplir cinco años de prisión en Polonia. Cuando Crunch sale de la cárcel, lo único que quiere es un poco de paz junto a su novia y Francie (Jay Baruchel), su mejor amigo. Pero su tranquilidad pronto termina cuando Nicky vuelve con un "perfecto" nuevo millonario plan a prueba de tontos.
Con un gran comienzo, hilarante, sobre todo apoyado por el carisma del trío Russell/Dillon/Baruchel.
La segunda mitad de la película, a pesar de mantener el ritmo frenético del inicio, da tantas opciones que es demasiado confusa, lo que debilita su giro final, que tiene algunos agujeros.
De todos modos, en "El arte de robar" está garantizada la diversión por la simplicidad de su humor y el buen hacer de la mayoría de sus protagonistas.