Drama británico que posee cierta inteligencia en el tratamiento argumental pero que lo banaliza de forma tal que termina perdiendo su potencia narrativa a la hora de tocar una ingeniosa arista sobre el exterminio judío; no obstante igual consigue mantener el interés por su potencia y las buenas interpretaciones de Rachel Weisz, Tom Wilkinson y Timothy Spall.
El director Mick Jackson (El guardaespaldas, 1992) consigue evitar el naufragio a la hora de plasmar el guión escrito por David Hare. La trama es bastante interesante pero le falta un traslado a la pantalla más inteligente y profunda. Buscando evitar caer en los tradicionales golpes bajos por que ha transitado la temática, pierde potencia y se dispersa en situaciones poco atractivas.
Con un paso sin premios por los BAFTA, la propuesta de Mick Jackson se queda corta en todo su potencial pero consigue entretener y por momentos atrapar con mucha astucia, especialmente con los alegatos ante el tribunal judicial.

Calificación Fanaseriecine: 6 ½ sobre 10