Thriller belga que oscila entre una trama interesante no tan bien concretada, al que le cuesta sostenerse a lo largo de casi dos horas y pierde su potencia e interés. De conjunto el elenco no ayuda a levantar la puntería de sus debilidades narrativas.
El director y coguionista Erik Van Looy (Loft, 2008) edifica una trama con una idea atractiva, que por momentos conserva su potencia pero que le cuesta mucho mantenerse intensa y bien lograda, especialmente porque comienza a dar vueltas innecesarias que derivan en tramos muy estirados.
Una de sus facetas menos creíbles se vincula a los dispositivos de seguridad y la inoperancia de los que deben cuidar a un jefe de Estado, haciendo todo muy simple a pesar de la complejidad de los secuestradores; pero no obstante igual tiene giros que sorprenden logran hacer cerrar un producto aceptable.
La propuesta de Erik Van Looy es atractiva desde las intenciones y menos intensa desde la concreción, aunque tiene momentos interesantes y bien logrados. Las debilidades se acumulan en los simplismos para resolver temas complejos de seguridad. Escapándole a las estrafalarias producciones yankis del género, resulta un producto aceptable.

Calificación Fanaseriecine: 6 sobre 10