Desde luego... entre Juego de Tronos y esta película me han convencido: "mamá, cómprame un dragón".
Es cierto que la película acaba siendo como todas de este estilo: todos odian lo desconocido, el prota es diferente al resto y su curiosidad le lleva a conocer ese "desconocido", que por otro lado no tiene mal corazón, sino que es un incomprendido, acaban siendo los mejores amigos, el más temeroso dragón se convierte en el mejor amigo del hombre a lo cachorrillo bla bla bla...
Ahora bien, este tipo de películas uno las ve para admirar cómo están hechas. Cada vez se van superando más estas películas de animación y la verdad es que, de todas las que hay, ésta sería un top 3 de las recomendadas.