Brad Pitt es un héroe mitológico del espacio, un hombre-máquina. Por un lado es el más badass, es tan imperturbable que tiene menos pulsaciones que Induráin. Pero también es solitario, taciturno e incomunicativo, excepto consigo mismo y con la audiencia del cine, con quienes habla a base de monólogos internos que no transpiran mucho amor hacia la especie humana.

¿Por qué es así? Resulta que es el hijo abandonado de otro héroe y toda la problemática le viene del amor-admiración-odio que siente por su padre. Circunstancias épicas le permitirán embarcarse en una epopeya de búsqueda hasta los confines del Universo (en este caso, Neptuno).

La película es ambiciosa, con cierta mezcla de géneros y varias lecturas. Vale la pena ir al cine por el viaje visual y sonoro, pero el fondo es muy estándar. No me cabe duda de que va a resultar aburrida a gran parte de la audiencia.

Brad Pitt carga con el peso de la película con solvencia, pero aunque he leído bastantes alabanzas tampoco me parece una actuación sobresaliente. Interpretar a héroes mitológicos no da tanto para lucirse como interpretar a personas, compárese con McConaughey en "Interstellar". En el apartado musical, Max Richter nos ofrece el bello tema "To the Stars", parecido, sin igualar sublimidad, a su tema insignia "On the Nature of Daylight" (que popularizó "Arrival").

Por último, avisar a hard science fiction fans de que la película tiene muchas cosas no realistas, algunas extremadamente ridículas, así que no vayáis a verla con esas expectativas porque saldréis rajando. Fui a verla con dos amigos, a uno no le gustó precisamente por eso y a otro le gustó, pero que le faltaba algo de humor y escenas de sexo, jajajaj.

Gustará a: Felix Baumgartner, psicólogos, Ezequiel 18
No gustará a: instaladores de antenas, noruegos, babuinos