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Voto de metabaron:
7
6,4
35.797
22 de junio de 2008
107 de 127 usuarios han encontrado esta crítica útil
Frank Darabont es un guionista con un amplio bagaje en cine de terror y un cineasta a tener en cuenta. Y considero que aquí no defrauda.
Ojo: eso no significa que el film no tenga pegas. Los sustos no asustan y la historia (que bebe de la serie B de los cincuenta -algo que no se oculta para nada-, de Rod Serling, del cine de John Carpenter, de Lovecraft, de la propia obra de Stephen King...) no es precisamente original. Por otro lado, los personajes pecan a veces de tópicos, aunque están interpretados en muchos casos por buenos actores y actrices (como Marcia Gay Harden, Toby Jones o un Thomas Jane más afinado -sólo un poco- de lo habitual). Además, el presupuesto (que no debió de ser excesivamente holgado) no permite hacer excesivas virguerías digitales.
Pero eso acaba por importar relativamente poco. ¿Por que? Porque Darabont usa aquí el cine de terror como hizo George A. Romero en "La noche de los muertos vivientes": da su
su visión de la humanidad a través de una parábola de corte fantástico.
Y la visión de Darabont es claramente pesimista. El ser humano es cobarde, insolidario, fanático, incrédulo y desesperanzado. Los monstruos somos nosotros, no las bestias que acechan en la impenetrable niebla.
Y eso nos lleva al demoledor final -marcado por la doliente voz de Lisa Gerrard- que se distancia de forzados happy endings hollywoodienses al uso, aportando una resonancia que puede durar días en la mente de los espectadores. Es un final que se odia o se ama. Es un final que polariza. Es un final que colocará esta película dentro de unos años en uno de los puestos de honor entre las adaptaciones de King al cine.
Ojo: eso no significa que el film no tenga pegas. Los sustos no asustan y la historia (que bebe de la serie B de los cincuenta -algo que no se oculta para nada-, de Rod Serling, del cine de John Carpenter, de Lovecraft, de la propia obra de Stephen King...) no es precisamente original. Por otro lado, los personajes pecan a veces de tópicos, aunque están interpretados en muchos casos por buenos actores y actrices (como Marcia Gay Harden, Toby Jones o un Thomas Jane más afinado -sólo un poco- de lo habitual). Además, el presupuesto (que no debió de ser excesivamente holgado) no permite hacer excesivas virguerías digitales.
Pero eso acaba por importar relativamente poco. ¿Por que? Porque Darabont usa aquí el cine de terror como hizo George A. Romero en "La noche de los muertos vivientes": da su
su visión de la humanidad a través de una parábola de corte fantástico.
Y la visión de Darabont es claramente pesimista. El ser humano es cobarde, insolidario, fanático, incrédulo y desesperanzado. Los monstruos somos nosotros, no las bestias que acechan en la impenetrable niebla.
Y eso nos lleva al demoledor final -marcado por la doliente voz de Lisa Gerrard- que se distancia de forzados happy endings hollywoodienses al uso, aportando una resonancia que puede durar días en la mente de los espectadores. Es un final que se odia o se ama. Es un final que polariza. Es un final que colocará esta película dentro de unos años en uno de los puestos de honor entre las adaptaciones de King al cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Y un servidor adora ese final. En una jugarreta cruel, el destino trae la caballería justo cuando al protagonista se ha visto obligado a una de las acciones más terribles que un ser humano decente pueda imaginar: matar a sangre fría a cuatro inocentes, entre los que está su hijo.
Apoyo la decisión de Darabont de cambiar el final del libro de King. Es atrevida y valiente. No te deja irte a casa con la conciencia tranquila.
Porque... ¿qué hará el personaje interpretado por Thomas Jane tras ser rescatado? ¿Cómo vivirá con lo que ha hecho, sabiendo que ha cometido un error trágico que le perseguirá durante el resto de su existencia?
Darabont no te da la respuesta. Quiere que pienses.
Y eso no ocurre a menudo con el cine de terror venido de Estados Unidos, ¿verdad?
Apoyo la decisión de Darabont de cambiar el final del libro de King. Es atrevida y valiente. No te deja irte a casa con la conciencia tranquila.
Porque... ¿qué hará el personaje interpretado por Thomas Jane tras ser rescatado? ¿Cómo vivirá con lo que ha hecho, sabiendo que ha cometido un error trágico que le perseguirá durante el resto de su existencia?
Darabont no te da la respuesta. Quiere que pienses.
Y eso no ocurre a menudo con el cine de terror venido de Estados Unidos, ¿verdad?