Nos transporta a la Francia de 1935, inmersos en una trama de asesinato en la que un investigador se enfrenta al reto de resolver la muerte de un influyente banquero parisino. La narrativa se despliega entre pintorescos sospechosos, entre ellos la ambiciosa Madeleine, cuyos anhelos de fama y riqueza complican la investigación.

La dirección de François Ozon es magistral, equilibrando de manera hábil el tono cómico y el misterio. Su habilidad para entrelazar géneros y crear una narrativa fluida es evidente en cada escena. La cinematografía y el diseño artístico aportan un atractivo visual, capturando con elegancia la estética de la época. Ozon nos introduce en el París de los años treinta, rindiendo homenaje al cine clásico y conectando con temas de sororidad y el movimiento MeToo.

La actuación, especialmente de Isabelle Huppert, destaca en "Mi Crimen". Su interpretación fascinante y humorística agrega brillo a la película. El reparto en general aporta solidez, dando vida a personajes memorables y únicos.

La música y los efectos especiales enriquecen la experiencia cinematográfica, sumergiéndonos aún más en la historia y creando momentos impactantes. La edición y el ritmo mantienen el interés constante, mientras que el diálogo ingenioso y bien escrito aporta profundidad a los personajes y a la trama.

Lo que más resuena en "Mi Crimen" es la manera en que Ozon aborda temas como el abuso sexual y la búsqueda de justicia. A través de la combinación de comedia y misterio, la película plantea cuestiones cruciales y estimula la reflexión.

Es una comedia misteriosa que fusiona con maestría humor y enigma. Con una dirección sólida, interpretaciones notables y una ambientación cautivadora, la película atrapa al espectador y proporciona una experiencia cinematográfica entretenida y a la vez introspectiva.