Capitana Marvel es una película plana, que no llega a desplegar todo su potencial en ningún momento salvo en dos escenas contadas.
El Universo Marvel dejó el listón por las nubes el año pasado cuando se estrenó "Vengadores: Infinity War (2018)". La película tenía de todo : acción, drama, escenas espectaculares, momentos realmente inquietantes...Se convirtió sin duda en el gran acierto de Marvel Studios. Y fue en una de sus escenas Post-créditos donde se introducía la llegada de un nuevo personaje, el de la cinta que ahora nos ocupa.
Si hay algo que destaca en Capitana Marvel es la interpretación de Brie Larson. Ha nacido para interpretar al personaje, de ello no cabe duda a lo largo de la cinta. Y su química con Nick Furia (Samuel L. Jackson) es innegable y regala grandes momentos en la película (quizás incluso debió existir más interacción entre estos dos personajes).
El gato Goose merece mención especial, pues resulta una grata introducción a este universo y queda por ver cómo es usado en el resto de entregas que están por venir.
En cuanto a la historia, no deja de ser poco sorprendente y en ocasiones el ritmo de la cinta decae, siendo por momentos muy entretenida y en otros aburrida. Lo mismo ocurre con los efectos especiales, hay momentos muy sobresalientes y otros en los que parece que la compañía se quedó sin presupuesto (las escenas de la capitana con el casco dejan mucho que desear).
En definitiva, no es una mala película, pero debió tener un ritmo más regular y tener más épica, como sí la tuvo "Thor: Ragnarok". Ahora queda esperar a ver cómo termina todo en "Vengadores: Endgame", solo queda un mes.