Creo que estamos ante el mejor film dentro de su género hasta la fecha.

El Joker, antagonista y villano principal de Batman, al fin tiene una película donde no sólo se le hace justicia como personaje, sino que lo eleva directamente al Olimpo junto a Joaquín Phoenix, "culpable" y que también fue en billete de primera clase hacia el Oscar a mejor actor (nunca fue un premio tan merecido y previsible al mismo tiempo).
Creo que podemos comparar a este Joker con el mismísimo Hannibal Lecter, donde Anthony Hopkins iba un paso mas allá de la actuación. La interpretación del personaje y el actor estaban en perfecta simbiosis.
Aquí me ha pasado igual. No sé si se trataba de Joaquín Phoenix o Arthur Fleck como se le conoce en el film. Un auténtico enfermo mental que seguramente haya conseguido los aplausos de Heath Ledger desde el cielo. Donde la realidad, superó al mito, y consiguió hacer que la participación de Robert de Niro en el film, sea algo anecdótico. De Niro hace de sí mismo, eso no es noticia.

La fotografía convirtió unas simples escaleras del Bronx en lugar de peregrinación y atracción turística. La sucesión de escenas, pese a alguna ligera bajada, me tuvo embobado frente a la pantalla de principio a fin, como si de un hechizo se tratase.

Un película donde detrás de las carcajadas histéricas de un personaje de cómic, se oculta un dolor muy humano y un mensaje muy contundente, que para venir de una ficción con héroes millonarios en traje y villanos pintorescos, es tan real y crudo como la vida misma.