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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
1
Intriga. Terror Para ayudar a su pequeña hija de nueve años (Dakota Fanning) a recuperarse del golpe que significó el suicidio de su madre, un psicoanalista neoyorquino (Robert De Niro) deja la ciudad y se va a con la niña a vivir a una casa en el bosque. Lejos de ayudarla, el entorno parece alterar aún más a la pequeña, cuyas actitudes se vuelven cada vez más inquietantes. Ella comienza a hablar de un peligroso amigo imaginario llamado Charlie, que ... [+]
27 de diciembre de 2006
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como buen chico de los recados, John Polson sigue cumpliendo encargos a las órdenes de Hollywood. Si su primer trabajo, Fanática, ya sólo puede ser encontrado en las estanterías de algunos adolescentes, El escondite no tardará mucho tiempo en ser devorado por los clientes de blockbusters. Su máscara de terror psicológico e inteligente no esconde más que otro producto de consumo rápido. Además de acusar una preocupante falta de originalidad, uno se pregunta qué demonios hace Robert de Niro tomando parte en un proyecto tan banal e insultante. Pero lo más preocupante no es esto, sino la enorme taquilla que está cosechando, síntoma de que el género va por modas y el gusto crítico del espectador se está deformando a marchas forzadas.
La premisa, por llamarla de alguna manera, es la siguiente: una mujer se suicida y su marido se traslada al campo con la hija del matrimonio para superar la tragedia. Lo que ocurrirá a partir de aquí no es más que un juego consistente en la confección de pistas falsas, la copia descarada de modelos cinematográficos, el desapego por el drama de los personajes, y el golpe de efecto que suponen los tan solicitados y ya manidos giros finales de guión. Ni siquiera llama la atención la aparición, casi testimonial, de dos actrices como Famke Janssen (X-Men) y Elizabeth Sue (Leaving Las Vegas).
La dirección bebe, sin ocultarlo, de dos referentes de incontestable calidad: El resplandor y El sexto sentido. Los pasillos, las puertas, los armarios y las conversaciones a pie de cama cobran vida propia, sumergiéndonos en un mundo de insospechada atmósfera. Hasta aquí, la copia se pasa por alto dado el interés que suscita la relación amor-odio entre padre e hija, pero el hastío deviene rápidamente al abandonarse las posibilidades de cuento infantil y drama familiar que encierra la trama. Dakota Fanning, la hija en cuestión ya conocida por sus trabajos en Yo soy Sam y El fuego de la venganza, acaba dando una lección de interpretación a un caricaturesco Robert de Niro, que recuerda cada vez más a la última etapa de un Marlon Brando desquiciado por su propia mitología.
El miedo espontáneo e incontrolable de la infancia, su tortura específica y secreta delicia. El niño no sabe lo que va a pasar, no está familiarizado aún con las rutinas de la realidad, tiembla ante lo desconocido. Entra en el mundo como en un cuarto oscuro, suponiéndolo enorme y pavoroso. Este miedo sobrevenido contradice la madurez obligatoria del adulto y le socava sin hacerle disfrutar. La niña juega al escondite con el pánico, la misma seriedad jubilosa con que corretea por el parque. Para sobrevivir en el mundo amenazador, acude a los cuentos espeluznantes, la casa embrujada y el amigo imaginario. Antes de saber qué va a pasar, tiene que aprender a soportar el miedo de no saber lo que va a pasar. Invulnerable ante la desesperanza. Terrores iniciáticos para que no miremos cara a cara a los auténticos males que trastornan nuestra convivencia.
La Maga
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