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España España · Madrid
Voto de chechu:
7
Comedia Dave Kovic (Kevin Kline) es un sencillo ciudadano que guarda un extraordinario parecido con el presidente de los Estados Unidos Bill Mitchell. Cuando un repentino ataque incapacita al presidente, sus asesores políticos deciden que Dave lo suplante, dando por supuesto que será un hombre fácil de manipular. Por otra parte, la esposa del presidente (Sigourney Weaver), que ignora la situación, encuentra tan anómala la conducta de su ... [+]
24 de noviembre de 2009
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué harían ustedes si les dejaran ser el presidente de los EEUU durante unos dias? ¿Dejarían todo como está o tratarían de solucionar los aspectos que no les gustan? En esa tesitura transcurre esta deliciosa comedia de mediados de los 90. Dave es un tipo corriente con buen corazón que por culpa de su gran precido físico al presidente de los EEUU, es contratado por los servicios especiales para suplantar a éste durante una enfermedad. Poco a poco irá comprendiendo las peculiaridades de su "nuevo" trabajo, conociendo los tejemanejes de poder relacionados, y trantando de entender los puntos oscuros de su antedecesor. Finalmente, las circunstancias le obligarán a tomar unas medidas que contentarán a unos y enfurecerán a otros.

Tenemos delante una película con un humor sencillo y con fuertes elementos críticos hacia la corrupción y el mal uso del poder. Así vemos como Dave tiene que hacer frente a un presidente mujeriego, corrupto y que poco le importan los problemas de los demás. También hace referencia a una figura poco dada a salir en los grandes medios, pero que resulta un cancer en cualquier organización o actividad en la que están presentes varias personas: el manipulador sin escrúpulos. Cada una de las actividades ilícitas o amorales del presidente tiene por detrás las acciones del jefe de su gabinete.

Todo eso se nos es contado a través de un guión que sin hacer grandes aspavientos consigue hacernos llegar el mensaje que encierra. A pesar de toda la corrupción existente en la película, el guión da pie a la esperanza: políticos como el vicepresidente o el jefe de prensa se salvan de la quema. Dicho esto, recalcar que la mejor virtud del guión es la exactitud con la que ha sido capaz de retratar la maldad oculta de personajes del corte del interpretado por Frank Langella.

En cuanto a las actuaciones decir que todas están muy bien con un Kevin Kline a la cabeza que, como es havitual en él saca a relucir todo su repertorio de muecas y cánticos. Pero no se asusten los detractores de Robbin Williams o Jim Carrey que éste es más sosegado.
chechu
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