De vez en cuando, cuando éramos chicos nos contaban la historia de dos hermanos que tras ser abandonados en el bosque por sus padres, cometían el error de degustar el chocolate con el que estaba hecha una casita perdida por el bosque. Ese manjar con cimientos era la morada de una malvada bruja a la que tenían que enfrentarse para salvar sus vidas. Lo que la historia no nos contaba es que pasaba con esos chiquillos una vez muerta la malvada bruja. De ahí que algún imaginativo productor cinematográfico haya pensado en contar la continuación de la historia.

Tras aquel suceso con la bruja de la casita hecha con chucherías, los hermanos Hansel y Gretel han dedicado su vida a perseguir brujas por todo el mundo. La película nos cuenta como tienen que evitar que unas malvadas y muy poderosas brujas consigan su propósito de hacerse invencibles.

Esta claro que después de leer de qué va la película, no nos podemos esperar una obra maestra, sino un largometraje para entretenernos y pasar el tiempo. Aspecto en el que cumple sobradamente su cometido. Además, la trama es consistente con algún que otro interesante giro.

En su contra, tres aspectos negativos. El primero de ellos característico de practicamente todas las películas de acción. Qué sea una película de tiros, no tiene que significar que se abandonen otros aspectos. El segundo es su previsibilidad. A mitad de película uno ya sabe lo que va a pasar. El tercero, son las incongruencias del guión explicadas en el spoiler.

Respecto a los intérpretes, indicar que el guión no da para grandes interpretaciones. Sin embargo, se percibe una gran solidez en todos ellos. Especialmente en los dos protagonistas y Pihla Viitala.