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España España · Palma de Mallorca
Voto de opiku:
1
Intriga. Drama Peter (Liam Neeson) y Lisa (Laura Linney) viven acomodados en la rutina de su largo matrimonio. Ella es una exitosa diseñadora de zapatos y él dirige su propia empresa. Poco después de la presentación de su última colección, Lisa se va de viaje a Italia. Cuando Peter descubre la infidelidad de su esposa, trata de localizar al amante y lo busca en Italia. Por fin, lo encuentra (Antonio Banderas) y entabla relación con él. (FILMAFFINITY)
17 de junio de 2010
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil que ustedes encuentren una película peor que ésta que comento sea cual fuere la cartelera que consulten en la ciudad que prefieran. No obstante, si alguien lo consigue que lo diga. Tengo curiosidad.

Generalmente los creadores tienen a hacer las cosas sencillas, inteligibles, cercanas y fáciles. Ese es su mérito. Por el contrario, los aprendices de creadores tienen a la grandilocuencia, la ampulosidad, las situaciones impostadas y la fatuidad. Es el caso.

La cinta no hay por donde cogerla. Todo resulta increíble, irreal, falso, hueco y forzado. Una suerte de despropósitos encadenados donde ni un solo personaje está donde debe y donde todos hacen lo último que podría esperarse de ellos: lo último que harían ustedes; lo último que haría yo; lo último que haría cualquier miembro de nuestra querida especie. Cualquiera.

Para más INRI la película tiene un fondo de buenismo realmente estomagante. El marido despechado que busca al amante de su mujer y lo encumbra a la categoría de colega y de igual en la tarea de hacer feliz a su mujer. Vamos, el “famous blue raincoat” de Leonard Cohen solo que en cutre y sin poesía.

Este, el amante, es un increíble personaje a mitad de camino de todo y por eso carente de la definición adecuada, está pésimamente mal interpretado por Antonio Banderas (a quien por cierto alguien debería decirle que intente hacer algún otro papel que no sea el de galán latino venido a menos porque si no acabará su carrera como Arturo Fernández a quien hay al menos que agradecerle que lo suyo lo haya hecho bien y que no haya tratado de pasar por quien no es, cosa que no se puede decir “del” Banderas).

Por lo demás, los diálogos son previsibles y sin ingenio, la música no viene a cuento de nada, hay escenas que uno daría lo que no tiene por no haber visto jamás (la cena de despedida de Lisa, la otra cena previa en el hotel del Lago de Como, la que se desarrolla en el despacho de Peter…), los personajes están tan indefinidos que todo lo que hacen resulta inconcebible y (como no podía ser de otra manera) se recurre continuamente a escenas y situaciones que el ojo del espectador tiene ya descontadas por haber visto en innumerables ocasiones anteriores.

Y para finalizar algo especialmente simplón, fácil y a lo que, al parecer, todo el mundo está recurriendo en los últimos tiempos: se hable de lo que se hable, sea cual fuere el género de la película, la época en la que esté narrada, el tema de que trate, etc. hay que hacer lo posible y lo imposible por conseguir que el guión, en algún punto hacia el final de la película, gire sobre sí mismo y haga aparecer, como por arte de magia, una situación increíble, no prevista, imposible y sorprendente que despierte al espectador del sopor que la falta de talento de productores, guionistas, directores y actores está perpetrando no solo impunemente sino con subvenciones tan generosas como inversamente proporcionales a su falta de talento.
opiku
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