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España España · Cáceres
Voto de Tiggy:
9
Drama. Thriller El astrofísico americano David Sumner (Hoffman) se traslada a vivir al pueblo de su mujer, en Gran Bretaña. Es un hombre reservado y tímido que vive absorto en sus investigaciones y procura evitar cualquier disputa. Sin embargo, la violencia de ciertos individuos del pueblo llega a tal extremo que Sumner, situado entre la espada y la pared, reacciona con las mismas armas que sus agresores para defender a su mujer y su hogar... Obra ... [+]
17 de abril de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi primer acercamiento al cine del legendario director californiano Sam Peckinpah no podría haber resultado mejor con una película, adaptación de la novela The Siege of Trencher's Farm de Gordon Williams (1969), que resulta tan cruda e impactante, con tanta abundancia de violencia que cargan los diálogos y fotogramas como si algo fuera a estallar en cualquier momento (no me refiero a violencia explicita, que la hay), sin caer en recursos fáciles para mantenerla en la tensión adecuada y transmitírsela al espectador de una manera tan homogénea y limpia, sin que nada la ensucie o entorpezca, trascendiendo con un grado de pureza e incluso serenidad impecables que agobian, llegando a la fatiga, al espectador, incluso molestándolo emocionalmente mediante la frustración o la impotencia. La película nos pone en la piel del pacífico y pacifista, erudito e introvertido, buena persona David Sumner (interpretado de manera magistral por un joven Dustin Hoffman) y en la de su novia Amy Sumner (con una correctísima Susan George) que, siendo americanos recién llegados a un pequeño pueblo de Inglaterra, son el foco para el acoso de la familia liderada por la especie de patriarca Tom Hedden (animado por un veterano aunque no menos imponente Peter Vaughan) que, poco a poco, irán dando pasos más agigantados hacia un lugar inexplorado de la psique humana del protagonista. Es impresionante como Peckinpah dispone todos los elementos de tal manera que, sin crear un escenario o un relato tan cargados formalmente por su estilo, sí que lo consigue incrustar en todos los parámetros sin dar la sensación de atiborrar ni la historia ni el guión, ambos desarrollándose a un ritmo muy enérgico sin sobrepasar los tempos en ningún momento, también sin quedar espacios vacíos, consiguiendo una naturalidad y, lo más importante, un realismo realmente estremecedores tanto por ello como por las dotes de sus actores, donde ninguno tapa a ninguno sin importar su relevancia argumental, su posición o sus líneas de diálogo. Las dos líneas argumentales que crea (incluso tres si nos ponemos exquisitos) están narradas de tal forma que todas colisiones en el mismo punto haciendo que unas empujen a otras y viceversa para la provocación por simpatía de la catársis de la película presentada al más puro estilo home invasion (sorprendente para el 1971, probablemente, influencia directa para John Carpenter y su Asalto en la comisaría del distrito 13 de 1976), desarrollándose al final del segundo acto para que la acción perdure vigorosa de principio a fin durante el tercer acto y el desenlace. La estética sucia de la cinta, así como su fotografía anticuada y la gama de colores oscuras basándose principalmente en el marrón otorga una sensación aún más decadente ante las situaciones vividas por el dúo protagonista, asiendo un deseo de desesperanza que recrea Susan George a través de unas expresiones faciales representantes de un ánimo cada vez más bajo, apoyándose, también, en la gama de marrones que la rodea representando estos, principalmente, la antipatía del pueblo hacia su persona, así como la necedad y lo marchito. El análisis psicológico que hace Pechinpah sobre la figura de David Sunmer (y que extrapola con facilidad al espectador) es de estudio, considerándolo (a mi gusto personal) bastante más completo que el que hace Martin Scorsese a través de Travis Bickle en Taxi Driver (1976), que, aún teniendo relativamente poco que ver un personaje con otro, sí que se asemejan bastante los conflictos internos de ambos a pesar de ser expresados de maneras tan diferentes entre sí. Lo único que me falla es la banda sonora, exceptuando el momento de la música escocesa (haciendo un tributo al escritor de la novela, de origen escocés), gran parte de la demás no la considero muy apropiada para las imágenes que presentan. 'Esta es mi casa y yo soy yo. No toleraré la violencia contra esta casa.'
Tiggy
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