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España España · Cáceres
Voto de Tiggy:
7
7,0
4.464
Animación. Fantástico. Comedia. Drama Ante la inminente destrucción de un frondoso bosque cercano a una ciudad, cuyos dirigentes quieren construir en su lugar una urbanización, los mapaches que viven en el bosque intentarán sabotear la operación para así conservar sus hogares. (FILMAFFINITY)
18 de abril de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Olvidada pero muy reivindicable obra de Studio Ghibli dirigida por el difunto y legendario Isao Takahata que recrea una tragedia, muy cruda y violenta, velada por un tono humorístico y satírico al más puro estilo Luis García Berlanga sobre la colonización de la naturaleza a manos del hombre, destruyendo inmisericorde todo a su paso, incluyendo ecosistemas y hábitats sin el más mínimo miramiento para una egoísta expansión urbanística. Basándose en la superstición japonesa sobre la capacidad de metamorfosis de algunos gatos, zorros y, en especial, mapaches, Takahata nos coloca en el punto de mira una manada de mapaches atormentados por la deforestación y destrucción de sus zonas para la construcción de complejos residenciales, a lo que, mediante las dotes que les ha otorgado la naturaleza, utilizarán su poder de mutación, su control de los elementos y sus testículos transformables para crear una rebelión en la que agrupar a sus otros compatriotas para una contienda belicosa contra la raza humana. A pesar de parecer demasiado infantil, la tragedia que alberga y que va creciendo rítmicamente con el desarrollo de la historia y sus personajes es abrumadora por la realidad que expone, utilizada en numerosas ocasiones por Studio Ghibli para dar un mensaje animalista y ecologista (La princesa Mononoke de Hayao Miyazaki, 1997) que es necesario para llegar a una armonía natural en el mundo. La película desprende felicidad aún en sus momentos más infaustos usando un humor muy despreocupado (alineándose con la personalidad de sus personajes, los mapaches) y barajando temas sociales como la disgregación de género, la supervivencia o el orgullo. Incluso una de las figuras más importantes (incluso poderosas) funcionando casi a modo de matriarca de la comunidad de mapaches es una hembra llamada Oroku que hace de tutora para el resto de su especie. Takahata no se corta en ningún momento de hablar sobre temas de una índole más adulta como la corrupción política, la falta de moral o la muerte, sin escatimar en imágenes explícitas de esto último. También la película funciona a modo de resumen del folclore japonés más extendido mundialmente, incluyendo criaturas sobrenaturales y monstruos fácilmente reconocibles de esta cultura, así como de dioses, símbolos y tradiciones ancestrales, todo ello expuesto con una animación extremadamente alegre y vivaracha que en ocasiones peca de simplismo sin que esto sea algo desdeñable. Para ser una película orientada hacia un público más infantil, el guión toma como motor la desesperanza inevitable de la forma más pesimista posible, conociendo desde el planteamiento cómo será el desenlace dando ligeros avisos de realidad en cada tramo, usando la resignación una y otra vez como victorias dolosas. Todos sus personajes son entrañables, quizás, para mí, hay demasiados a los que se les da un protagonismo innecesario y otros pocos que, siendo de clara relevancia para orientar la película al punto deseado no son explotados como deberían (ni si quiera mi favorito, Inugami Gyobu). Es claro el parentesco del manga Doraemon (cuya primera publicación data en 1969) con Pompoko, tanto por el hecho de que sean mapaches (sí, sí, 'gato cósmico') como por el poder que controlan (estos, en lugar de sacarse cosas del bolsillo, literalmente transforman sus escrotos en lo que quieren). Es una película muy divertida y desenfadada, con un buen mensaje pero, para mi gusto, le sobra demasiado metraje aunque, sin duda, la recomiendo a todos los amantes de Ghibli.
Tiggy
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