Una vez más Jordan Peele juega con nosotros con un argumento retorcido, macabro, surrealista, rozando lo inverosímil en algunos momentos.

Consigue sacarte de la película con escenas que se columpian, quizás demasiado, entre lo comprensible y lo irracional. Incluso te hace pensar qué es lo que estas viendo en la pantalla en algunos momentos.

Una dirección impecable, solo ensuciada en algunos momentos con un humor absurdo, más al estilo American Pie, acompañada de unas actuaciones poco destacables, que quedan eclipsadas por una espectacular Lupita Nyong'o.

Luces y sombras, nunca mejor dicho, para una película que como poco no te dejará indiferente al salir de la sala.