Bien agradable de ver. Es de esas películas sencillas que se ven fácilmente, nada pesadas.
Bien el guión.
Bien la dirección.
Bien los actores. Un acierto haber contado con Léa Seydoux para el papel de Sandra. El resto del reparto cumple con creces.
Bien la historia: una joven madre viuda se enfrenta a un momento doloroso, en el que ve a su padre, un hombre culto y brillante, perder progresivamente la cabeza debido a una enfermedad. Ello la obligará a tomar decisiones difíciles y plantearse cuestiones vitales.
Bien la música.
Bien al fotografía.
Bien, sin más.