No suelo escribir críticas por aquí, pero esta vez no puedo evitarlo. Kaurismaki ejerce un acto de irresponsabilidad moral extrema al utilizar un tema realmente importante para vender un optimismo falso, simplón y vergonzoso. En mi opinión, un autor debe ser, siempre y ante todo, pero más hoy en día, honesto; y no puedo creer que semejante sucesión de exageraciones y simplificaciones infantiloides pueda constituir la visión honesta de ningún adulto mínimamente formado.

Por otro lado, entiendo su intención de contar un "cuento de hadas" y blablablá, pero eso no te excusa si, al mismo tiempo que te diriges a adultos, el lenguaje que empleas es el que utilizarías con niños (especialmente tontos, además). Mucho me temo que lo de escudarse en el "es que es un cuento" no sirve como cheque en blanco. Al menos, no para mí.

Un 3, y únicamente por el aspecto técnico y ciertos detalles puntuales de la historia.