Realmente me ha parecido una gran película. Donde vemos a un Bond más centrado. Esta vez Moore acaba por fin por encajar en el papel, le han hecho falta dos entregas para en esta su tercera película de 007 verle por fin con un papel de Bond más centrado, más íntegro, más propio. Es una delicia de película, con algunos avances tecnológicos que la hacen visualmente muy grata de ver y que, como siempre la intriga es la gran protagonista de la cinta.

Las localizaciones son sorpresivas, y muy buenas, el vestuario a la altura, los gags son más fluidos y encontramos a algunos buenos malos, amén de los geniales secundarios de la saga. El que más me gustara fue sin duda Tiburón, que la verdad es que esa mole de tío sea capaz de perder ante un Bond que a su lado parece un enclenque me resultó curioso, pero la verdad es que te pone los pelos de punta nada más verlo y desde el primer encuentro con Moore las escenas en las que sale se volverán angustiosas, y esto le vale una mención honorífica entre los malos de la saga.

Por otro lado, esta vez sí que aprueba Moore con mayor nota que en las anteriores, y es curioso ver que ningún Spin Off saliera de la saga oficial, porque su contraste con su semejante rusa bien le hubiera valido una entrega aparte, al menos una.

Por lo demás, una gran obra, deliciosa de ver.