Película sorprendente, desde su hilarante comienzo -el protagonista es pillado mientras se masturba con una foto photoshopeada de la novia de su mejor amigo- hasta su final scorpionero con una versión del "Wind of changes".
Dos almas solitarias se citan por la web para compartir la noche de fin de año, lo que en un principio se presenta como una noche de fiesta más donde es obligatorio divertirse, se convertirá en una velada que ninguno de los dos podrá olvidar. En tono de comedia con destellos dramáticos, el guión está perfectamente entrelazado para poner de manifiesto la soledad del individuo, acentuada durante las fiestas navideñas, en la vorágine de las relaciones sociales de la era del "Facebook"; la metáfora de los zapatos desemparejados es todo un acierto. Y como señala un rótulo al principio del film: entre navidad y nochevieja tiene lugar el mayor número de inscripciones en las páginas de contactos.
Los actores, completos desconocidos, están de notable tirando a excelente, pero quedan totalmente eclipsados ante el protagonismo que adquiere la ingente y deshumanizada ciudad de L.A., magníficamente fotografiada en un, no podía ser de otra forma, blanco y negro gris melancólico en claro homenaje al "Manhattan" de Allen.