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Voto de AdolfoOrtega:
7
Drama Primera Guerra Mundial (1914-1918). Primera adaptación de la novela homónima de Ernest Hemingway; la segunda la dirigió Charles Vidor en 1957. Antes de que los Estados Unidos entren en la guerra en 1917, Frederick, un periodista norteamericano, se alista como voluntario en el Cuerpo de Ambulancias italiano para poder seguir de cerca los acontecimientos. Tras recibir una herida, ingresa en un hospital y se enamora de Catherine, una enfermera británica. (FILMAFFINITY) [+]
17 de junio de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando me enfrento a Adiós a las armas, quedo inmediatamente cautivado por ese blanco y negro difuminado, esos contrastes lechosos que son capaces de transmitir una atmósfera de ensueño. Para mí, esa forma de narrar, ese legado de nuestra Cultura, es el máximo atractivo para acercarme a esta película. Y es precisamente lo que yo considero un valor, lo que espanta a muchos a disfrutar del cine que nuestros abuelos vieron de niños. Se pierden uno de los máximas aportaciones del cine, que es también un balcón al pasado.

La película tiene un comienzo brillante. Aún no se aplicaba el código Hays, y eso aporta a la película una sutil sensualidad latente...ese pie que el bueno de Gary Cooper estudia y mima está lleno de erotismo. Pero conforme avanza el metraje, la película se vuelve precipitada, y nos da la sensación de que se han introducido muchos conceptos de una manera muy forzada. Paralelamente, algunos personajes como el simpático doctor italiano tiene una evolución poco trabajada. No siempre los clásicos son sinónimos de obras maestras.

La película denuncia un sistema hipócrita, que permite y alienta los encuentros amorosos furtivos, mientras persigue con ahínco las relaciones más profundas y puras. Cuenta con algunos movimientos de cámara muy destacables, que los historiadores del cine sabrán ponderar en su contexto, porque la introducción del sonido limitó mucho a los directores al respecto por la aparatosidad del equipo de rodaje. Gary Cooper, ya estrella por la época aunque aún no icono universal, llena la pantalla con su candidez, hombría y determinación.

Una buena película que los que sabemos apreciar el buen cine valoramos en su conjunto a pesar de sus limitaciones por su ritmo precipitado y su argumento farragoso y simplón, pero que queda vedado para los que el blanco y negro es sinónimo de viejuno y chungo, pero que lo flipan con las explosiones y el ruido.
AdolfoOrtega
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