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Voto de Angee de Sica:
5
Drama. Thriller Dorian Gray (Hurd Hutfield) es un joven aristócrata muy atractivo que vende su alma al Diablo a cambio de la eterna juventud. Gracias a una invocación consigue que sea el retrato que le ha hecho su amigo Basil Hallward (Lowell Gilmore) el que sufra el proceso natural del envejecimiento. (FILMAFFINITY)
17 de enero de 2013
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aaaahhhh! Querido Dorian, nos han desprestigiado.

Un tal maldito Albert Lewin ha osado mentarnos en vano allá por mediados del siglo pasado, escogió un puñado de burdos actores e intentó contar nuestra historia creyendo que era fácil, que nuestra historia era una novela como otra cualquiera. Deberías haber visto a quien a puso en tu lugar: un muñeco de trapo sin ningún tipo de alma ni carisma ¡Y además feo! ¿Dónde estarían James Dean o Marlon Brando aquel año?.
¿Y si te digo que usó a Angela Lansbury para hacer de Sibyl? Ese ángel que recitaba a Shakespeare de repente cantaba canciones horribles y no era ni la sombra de lo que tú contaste. Sólo decirte que esa mujer acabó resolviendo casos de novelas negras por televisión...
Tus conversaciones con Henry las hizo ridículas, hacía que este repitiera de memoria frases a toda prisa en las que no creía, de su boca no salían más que estúpidos trabalenguas, todo perdía su significado inicial.
Confiar en la bondad de nuestro rostro angelical fue la peor empresa que jamás pudo emprender ¡Pobre iluso! Creo que jamás llegó a pensar que podía cruzarse en nuestro camino y en las consecuencias de su acción.
No te preocupes Dorian, el hereje ya murió y la próxima vez que nos veamos podrás ver como la sangre vuelve a cubrir el retrato que guardo en mi poder con tanto esmero, no me arrepiento, lo hice por ti, por lo nuestro.
Se que tú eres en cierto modo débil, que serías capaz de destruirte por ello, por eso me encargué yo, en mi conciencia ya no pesa nada y pienso aprovechar mis especiales circunstancias hasta agotarlas. No temo al infierno, siempre he preferido a la gente que lo frecuenta antes de la que asegura que va a ir al cielo, además sabes que me viene mejor el calor que el frió.
Añoro esas noches de perdición contigo por el gélido Londres, no hay día que no piense en la acidez de tus palabras, lo inmoral de tus propuestas que me tientan de continuo. Tú y yo somos inmortales, bellos y jóvenes para la eternidad.

Tuya siempre, tu confidente y compañera de viaje.

A.
Angee de Sica
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