Una lástima que Alfonso Cuarón no haya continuado dirigiendo lo que quedaba de saga. Newell no ha sabido ni remotamente, transmitir los cambios de los personajes, su paso de niños a adolescentes. El espectador únicamente lo percibe porque los ve más creciditos, pero por lo demás, ni la cámara ni el guión (ni por supuesto las actuaciones de los actores principales, que siguen en su planísima línea) han sabido reflejar los conflictos internos de cada uno de ellos.

De la mutilación del cuarto libro, ya ni hablamos. Muchísimas escenas que hubieran sido fundamentales, se quedan en el camino.

Como siempre, recomiendo la "versión impresa".