Por un lado, el personaje principal (Yusuke) que es odioso y no consigue ser amado por el espectador en este punto, muere al principio de la serie realizando un acto de bondad y salvando a un menor de un accidente. Dicho personaje tiene en cada arco un desarrollo de madurez que no se ve en Goku, personaje que a cada saga se vuelve más plano.

Tras su defunción, su espíritu queda atrapado en el mundo de los vivos y es acompañado por una chica voladora en escoba (la muerte) por el proceso de resurrección de su cuerpo, dado que vio que su ausencia afecta a personas que él pensaba que no le querían. Aquí arranca un primer arco que respira un humor y personajes muy a lo Ranma ½ con un toque de dramatismo con solo el desarrollo del personaje principal.

La siguiente etapa de la serie arranca cuando ya resucitado Yusuke descubre que es sensible a percibir espíritus y a un poder espiritual, convirtiéndose en un detective del más allá. Aquí el arco tiene un ritmo más de aventura, un poco más oscuro, no tanto de búsqueda, con misiones y venciendo a dos de sus futuros compañeros.

El tercer arco es el torneo de la oscuridad (la mejor de las sagas) donde Yusuke y sus amigos van a un torneo en el mundo mágico realizado por una organización a probar su fuerza. El arco es bastante largo, el torneo es buenísimo, muy detallado, muchos combates y oscuro.

Los dos últimos que casi van seguidos son: el portal y el torneo del más allá. La primera parte de esta es, muy sangrienta, apocalíptica, muy de acción, poco dramatismo, ya se recalca demasiado la serie, Yusuke se ve muy debil en el desarrollo de esta y su compañero Kuwabara que ya brillaba en la anterior saga en esta continua igual. La segunda parte solo es lo mismo que el torneo de la oscuridad, pero de otra manera. La gran sorpresa del final de la serie, Yusuke y sus compañeros pierden en el torneo, vuelven a sus hogares, a la vida ordinaria…

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