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Voto de Soñador compulsivo:
10
Comedia. Romance. Drama C.C. Baxter (Jack Lemmon) es un modesto pero ambicioso empleado de una compañía de seguros de Manhattan. Está soltero y vive solo en un discreto apartamento que presta ocasionalmente a sus superiores para sus citas amorosas. Tiene la esperanza de que estos favores le sirvan para mejorar su posición en la empresa. Pero la situación cambia cuando se enamora de una ascensorista (Shirley MacLaine) que resulta ser la amante de uno de los ... [+]
19 de junio de 2011
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro día para C.C. Baxter, hace frío y tiene hambre. Amén de las raciones de comidas precocinadas. Mete una en el horno, con velocidad y dominio: es su cocina, la conoce a la perfección, casi tan bien como su oficina. Con la misma destreza que demuestra archivando documentos, virtuoso de una medida y mecánica melodía de movimientos, el cansado hombrecillo saca su ración, ya lista, del horno. Se quema las manos desnudas con el metal protector, ¿no lo ha previsto o se trata de un pequeño acto de rebeldía y desorden en una vida perfectamente monótona? Su madre le dijo que había que hacer ciertas cosas en la vida, de determinada manera, acorde a determinados objetivos, cosas en las que no cabían preguntas. El es el número uno, un modelo encomiable de la vida cívica, y está enamorado.

C.C. Baxter es un ciudadano modelo, un americano ejemplar, y tiene una enorme cantidad de puntos acumulados por buena conducta: pocos ciudadanos son tan responsables y trabajadores como él. La vida, que siempre es justa, pronto le recompensará por el esfuerzo y la determinación en el acato de las normas. No hay más que elogios por su actitud: es del tipo de persona que prefiere obviar el error de una camarera, que ayudaría a una anciana a cruzar la calle, y que siempre deja salir antes de entrar, (y si por cualquier razón, le asalta la duda en el último instante de si sale o entra, cede el paso sin contemplaciones). Está a rebosar de puntos cívicos, y pronto se los canjearán... ¿o no? Baxter, en lo más profundo de si mismo, comienza a sospechar que quizás este no es el paseo del que le habían hablado, quizás la analogía más acorde es la de la jungla, un espacio salvaje, sin reglas, con serpientes sobre los árboles, escorpiones entre las rocas, y lianas mal sujetas, "¿y no es también bello resignarse a vivir sin levantar rocas, trepar árboles o balancearse entre lianas?" "¿No es bello volver sólo a tu apartamento y ver tu programa favorito mientras comes una ración de pollo con una misteriosa salsa picante?"- Su diálogo mental le anima por momentos -"Qué llevará la salsa, por cierto" "Estaría mucho mejor sin ese picante... picante... como Fran la acensorista..." Baxter habla con una preciosa Fran imaginaria "¿Le apetece cenar una noche?" "Podríamos ver una película y si quiere acurrucarse conmigo... y cenar..." De pronto le asalta el ridículo "cenar una ración de pollo, con una salsa... demasiado picante..."

La madre de Baxter no tenía intención de mentir a su hijo sobre la vida, nada más lejos de la realidad, ella quería un chico limpio y aseado, (a ser posible, con los calzoncillos limpios también), que comprendiese la importancia del trabajo y de la honradez. Pero de nada hay que preocuparse, con un poco de esfuerzo, cediendo su apartamento, pronto estaría en disposición de trepar los árboles de esa jungla maldita...
Soñador compulsivo
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