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España España · Sevilla
Voto de El Destro:
5
Fantástico. Drama Tras la separación de sus padres, Connor (Lewis MacDougall), un chico de 12 años, tendrá que ocuparse de llevar las riendas de la casa, pues su madre (Felicity Jones) está enferma de cáncer. Así las cosas, el niño intentará superar sus miedos y fobias con la ayuda de un monstruo (Liam Neeson), pero sus fantasías tendrán que enfrentarse no sólo con la realidad, sino con su fría y calculadora abuela (Sigourney Weaver). Con este nuevo ... [+]
24 de noviembre de 2016
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bayona cierra aquí un hat trick de capricho y pretensión, redondo como pocos que haya visto en mi vida proyectado en una pantalla. Después de visionar “umvav” he confirmado la quisquillosa sospecha, que arrastraba desde “El orfanato”, de que este tío no tiene un ápice de mundo interior, de arraigo… o de interés por contar nada, si me apuráis. La sensación que me transmite es la de que realiza películas como el que fabrica herramientas en serie, buscando una eficiencia funcional y poco más. El problema es que la función de estas <herramientas> pretende ser la de emocionar al usuario, y claro, si no se le pone una pizca de emoción al proceso creativo, esto es un “pa ná” como una casa, por muchos tópicos del género q le dé por meter.

Me explicaré brevemente antes de entrar con la crítica en sí. La referida “El orfanato” me dejó un mal sabor de boca que me dura aún hoy día, debido a la exageradísima crítica general con la que me vestí para ir a verla; la cinta no es más que una muestra ordenada pero ortopédica de elementos y trucos del género de terror, para adornar una historia de tono familiar bastante tontorrona. En su día, me referí a ella en mi crítica con el apodo de “casa encantada sin alma”. Luego llegó “Lo imposible”, a la que siempre he considerado una de las idas de pinza más pretenciosas, interesadas y descuidadas que ha parido la mente de un cineasta: mostrar en un film de presupuesto el (supuesto) drama de una familia acomodada española, que sobrevivió íntegra a una de las catástrofes naturales más terribles de la historia, en la que cientos de personas perdieron la vida, y que sumió en la miseria a un país entero, siempre me ha parecido un golpe pretencioso, despreocupado y de mal gusto, además de una falta de humanismo y respeto hacia aquellos que verdaderamente sufrieron (y aún sufren) el desgraciado suceso. No la he visto… sencillamente me negué siquiera a darle una oportunidad, y no parece que nada me haga cambiar de idea hoy tampoco; más que falta de interés, admito q se trata de pura aversión. Pero leí la crítica y, tal como imaginé, la opinión general no andaba muy lejos de mis augurios iniciales: Bayona parece pretender emocionar al espectador a toda costa. Casi desesperado en su afán por arrancarnos la lágrima, no repara en medios para conseguirlo.

Y esta vez, de hecho, como no dispone del “oportuno truco” del drama real, decide usar todos los tópicos habidos y por haber sobre el drama familiar, unos sobre otros, al mogollón… ¡cuantos más mejor!, empezando por el propio argumento de la historia. Desde primera hora lo tenemos todo, oiga, no falta un piojo: pre-adolescente solitario y contestón, padres divorciados, <papá domingo> que vive con su otra familia, madre con cáncer terminal (aficionada a la pintura, por si acaso) cuya convalecencia obliga al chaval a ocuparse de la casa, otro familiar a cargo desaprobado por el crío… ¿me dejo algo?... ¡Oh sí! hasta abuso escolar incluido, ¡que no nos falte ni la Chapplin, oiga! (Si era una cuestión de búsqueda de identificación con el público, seguro que cualquier espectador ha pasado por alguna de estas calamidades, el problema es que dudo que ninguno haya tenido la desgracia de sufrirlas todas y a la vez, con lo que lo encuentro algo forzado y contraproducente). Tampoco es q se pueda espoilear mucho sobre semejante manojo de clichés, así que ya imaginaréis que el desarrollo del guión va sacando más tema de la bolsa hasta quedarse sin metraje, en pos de conseguir que el final nos resulte lo más amargo posible (ya cada uno con su paladar…).

Es tan cruda y descarada la pretensión del cineasta en esta ocasión, que a mí, personalmente, todo el tema del monstruo me parece un pegotazo calzadísimo, que finalmente no consigue ser sino otro cliché más, también bastante trillado en la literatura y el cine. ¡Pero ah! No ha querido Bayona que se le viera el plumero, hombre, había que hacer algo distinto en la realización de esta obra, no fuera a ser que lo tacharan de simple. Así que, para tampoco comerse demasiado la cabeza, ha optado por el desahogado y artístico recurso de meter secuencias de animación en la peli, las cuales están magistralmente construidas, realizadas y encajadas en los relatos del personaje de Neeson, y que bien podrían formar una obra artística independiente si se separaran del resto del film.

Y así, entretenido a ratos por las ocurrencias del joven protagonista, y sin esperanza puesta en algún tipo de giro o sorpresa oculta, paso la tradicional tarde de cine con mi padre que, por su parte, tampoco expresaría demasiado entusiasmo ya fuera de la sala.

Sin embargo, en las butacas contiguas, justo a mi ladito, dos chicas adolescentes que han aprovechado para comentar jocosamente cada detalle durante toda la proyección, se derrumban finalmente a moco tendido, poniendo de manifiesto la debilidad de un guión inservible a los caprichos de una secuencia final igualmente prefabricada y previsible. Por mi parte, ni la desgarradora banda sonora, que hace un esfuerzo admirable en los últimos minutos por removerte las entrañas, consiguió arrancarme un ápice del desasosiego y la emoción que tan desesperadamente pide su descastado director; el cual, no acaba siendo distinto al visitador comercial que solo trabaja la insistencia en solicitar la firma al cliente, porque, en el fondo, lo que le ocurre es que no cree en su propio producto.
El Destro
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