Quizás es muy difícil para un mexicano juzgar de forma imparcial el nuevo trabajo de Disney-Pixar, puesto que inevitablemente el corazón ganará la partida a la razón. En una industria nacional que insiste en mostrar que México no va más allá de inmigrantes ilegales, narcotráfico, corrupción o chistes simplones de mal gusto, los directores Lee Unkrich (Finding Nemo, Toy Story 3) y Adrian Molina (The Good Dinosaur) junto con todo su equipo tomaron la estafeta para retratar la belleza que guarda la idiosincrasia de todos los mexicanos, logrando plasmar de forma excelente todo aquello que comparten sin importar edad y condición social.

Fueron seis años los que el equipo de producción pasó en México para captar fielmente la esencia de su cultura, y el resultado es simplemente espectacular. El Día de Muertos deja de ser una fiesta tétrica como la han querido vender por años equiparándola con el Halloween estadounidense para mostrar la belleza de una de las tradiciones mexicanas con mayor arraigo y que poco a poco iba perdiendo terreno con su “símil” del norte. No obstante, Unkrich y Molina tienen el atino de mostrar una historia que trata acerca de dilemas universales como el amor familiar y la autorrealización personal, los cuales no siempre convergen durante la vida de cualquier persona, mexicana o no.

La cinta trata acerca de Miguel, el más pequeño de una familia dedicada a un próspero negocio de los zapatos durante tres generaciones. Ubicada en el pueblo de Santa Cecilia, la empresa fue iniciada por su tatarabuela después de haber sido abandonada por su esposo, un cantautor que salió en busca de la fama y nunca regresó. Evidentemente, aunque atípico en una familia mexicana, la música está totalmente prohibida en casa, lo cual choca directamente con las aspiraciones de un niño que ha aprendido a escondidas a tocar la guitarra para cumplir su sueño de ser como Ernesto de la Cruz, el mejor músico de México en toda la historia. En esta búsqueda de defender sus deseos y en plena celebración del Día de Muertos, el pequeño cruza accidentalmente al mundo de los difuntos, en el cual buscará toda la ayuda posible para poder regresar con los vivos y continuar con sus aspiraciones.

Como es usual en las películas realizadas por estos estudios, la animación y la música son de excelente calidad. No obstante, en esta ocasión la película destaca por su colorido y lo dinámico de su historia, la cual logra mantener enganchado al espectador durante toda la cinta, con los clásicos giros argumentales que si bien en un momento llegan a ser predecibles no restan el interés por llegar a un desenlace que resulta ser de los más conmovedores que se han visto en este tipo de cintas. Asimismo, y como también es costumbre, el doblaje se cuidó de forma impecable, contando con la participación de Gael García (quién también hace la voz de Héctor en la versión en inglés), Marco Antonio Solís, Angélica Rivera, Angélica Vale, César Costa, Héctor
Bonilla, Xavier López “Chabelo”, Andrés Bustamante y Víctor Trujillo, entre otros.

Es así como Unkrich y compañía se anotaron un éxito rotundo con una película capaz de mostrar a México en todo su esplendor, capaz de hacer que la piel se enchine incluso desde el inicio, cuando se escucha el tema clásico de Disney con un tono bastante particular. No obstante, el gran reto de esta cinta será causar las mismas sensaciones fuera de las fronteras mexicanas, en aquellas personas para las cuales los sonidos, vestidos, situaciones y guiños no les son tan familiares. Independientemente de lo anterior, en una época marcada por Trump y las catástrofes naturales, los mexicanos siempre agradecerán a Disney por haber recordado que la grandeza de su país se encuentra en sus valores culturales y familiares.

Calificación: TÚ DECIDES.
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