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México México · Puebla
Voto de wraparty:
10
Comedia. Drama. Romance En el Dublín de 1980, la recesión económica hace que Conor cambie la comodidad de la escuela privada en la que estudiaba por un centro público donde el clima es más tenso. Encontrará un rayo de esperanza en la misteriosa Raphina y, con el objetivo de conquistarla, la invitará a ser la estrella en los videoclips de la banda que quiere formar. Ella accede, y ahora Conor debe cumplir su palabra. (FILMAFFINITY)
5 de octubre de 2016
24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
La música es vida y no se podría imaginar la existencia del ser humano sin ella, aunque cada momento es único, bien podría tratarse de una historia que ya alguna vez ha sido contada por una canción. ¿Cuántas veces no suena en nuestra mente un soundtrack propio para acompañarnos en ciertos momentos? ¿Cuántos no nos hemos sentido acompañados tan sólo con un playlist mientras conducimos un automóvil? No obstante, pocas veces uno piensa cómo surgieron estos héroes musicales, o en donde encontraron la inspiración para seguir sus propios sueños, superando adversidades e ignorando a todos aquellos quienes se burlaron o intentaron impedir que lograran lo que tanto añoraban.

Afortunadamente, el irlandés John Carney (Once, Begin Again) se ha empeñado en recordarnos cómo surgen estos artistas, alcanzando sin duda su punto más alto como director y escritor en este año al entregar una cinta inspiradora, nostálgica y divertida. Ubicada en la década de los ochenta y en el marco de la ultraconservadora sociedad irlandesa, un adolescente encuentra en la música el refugio perfecto para superar sus problemas familiares, siendo una chica mayor su “musa inspiradora”. En contra de un sistema educativo represor, de las burlas de sus compañeros y de la incredulidad de sus familiares, decide formar una banda con el objetivo de impresionar a una chica, sin pensar que durante el viaje encontraría su verdadera vocación.

Es así como en un año escolar, el filme transporta al espectador a un viaje musical por la década de los ochenta, con referencias marcadas a los grupos como Duran Duran, A-Ha, The Cure, The Clash, Hall & Oates, Spandau Ballet y The Jam. Peinados exóticos, vestidos extravagantes y maquillaje masculino aparecen indistintamente para recordar una época que marcó la vida de muchos que han dejado la adolescencia hace bastantes años. No se trata de un musical propiamente hablando, sino de una cinta que gira en torno de la música, tampoco es la típica película de adolescentes, sino un reflejo de la sociedad y cultura de los ochenta.

En cuanto a las actuaciones, Ferdia Walsh-Peelo realiza un magnífico trabajo en el papel de Conor, un adolescente que se vale de la música no sólo como un medio para enamorar a una chica que parece inalcanzable, sino para encontrar valor para enfrentarse a sus compañeros bravucones y maestros autoritarios, así como para superar las crisis familiares; así, la evolución del personaje durante toda la película es llevada de forma excelente. Por otra parte, Lucy Boynton interpreta de manera brillante a la enigmática Raphina, una joven aparentemente fuerte que poco a poco va descubriendo su lado más sensible, formando junto con Walsh-Peelo una de las parejas más carismáticas del cine en los últimos tiempos. El resto del reparto está conformado por una serie de jóvenes que despliegan su carisma en cada una de sus intervenciones, destacando Jack Reynor (Glassland, Macbeth) como Brendan, el aparentemente sínico y antipático hermano mayor de Conor que poco a poco se convertirá en su guía durante su incursión en el mundo de la música.

Con un soundtrack impresionante que incluye clásicos y temas inéditos, la cinta se convierte en todo un agasajo musical y cinematográfico. Música, juventud, nostalgia, pasión y rebeldía se mezclan de manera perfecta en dos horas cargadas de emociones y sentimientos encontrados, culminando con un magnífico final. Sin duda, se trata de una cinta que disfrutarán no sólo aquellos de la denominada “Generación X”, sino los Millenials que crecieron escuchando los casetes de sus hermanos mayores, o que incluso han escuchado un sinnúmero de veces en las estaciones “clásicas” de radio aquellas melodías que todo el mundo ha escuchado aún sin saber el nombre o quién es el intérprete.

Sing Street no sólo es un tributo a quienes se atrevieron a ser diferentes, es un llamado para que los demás recordemos que estamos hechos para soñar y que el mundo está allá afuera para ser descubierto. Cualquier motivo es válido: una chica, una desilusión, el deseo de libertad…lo importante es seguir el llamado y buscar lo que realmente te mueve. La película termina pero la música y la inspiración permanecerán en la mente del espectador durante mucho tiempo, sin lugar a dudas, es una cinta que nadie se puede perder.

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