El único personaje decente es el pobre musulmán que se ve de patitas en la calle porque su mujer un día se levantó justiciera. No sé si está película está basada en hechos reales ni me importa, pero aburre a una mona. Se supone que tiene que despertar admiración, indignación y todos los ciones que se nos ocurran pero no. Y al margen de que en esta ocasión pensemos que está justificado, ir por ahí revelando secretos de estado a la prensa según tengas tú el caldar y de qué lado escores es un disparate y punto.

Oh, es que vi a Blair con esa cara de autosuficiencia y me dije "a este le paró yo por mis co...". Prepotencia en estado puro revestido de heroína del pueblo. Y ya está, eso es toda la película. Que malos son todos, que incomprendida yo, qué injusticia! Esperaba mucho más que esta planicie.