Si al igual que yo El Padrino te pareció algo lenta y aburrida debido a tu mínima capacidad para mantener la atención, apenas similar a la de un pez, te recomiendo que no descartes a este Scarface del amigo Al Pacino.

En 163 minutos, Tony Montana pasa de ser un inmigrante ilegal sacado de las cloacas a un magnate de la droga, de modo que hay poco espacio para el tedio. Casi como si fueran misiones de un videojuego (Aunque en aquella época no existían videojuegos como los de ahora), el amigo "Cara Cortada" va realizando trabajitos cada vez de mayor calado en el mundo de la mafia hasta convertirse en el Bill Gates de la coca, para finalmente acabar su periplo por el mundo de las drogas con un explosivo clímax lleno de violencia y epicidad.

Pero Scarface es más que una película de mafiosos realista y bien contada, es un cuento con moraleja. Un ejemplo claro de que "la avaricia rompe el saco" ¿Qué estarías dispuesto a dar a cambio del poder? ¿Darías a tu esposa, a tu mejor amigo, a tu hermana? ¿Pondrías en peligro tu seguridad y la de tus seres queridos? Si Tony Montana se hubiera hecho esta misma pregunta ¿Hubiera proseguido en su búsqueda de poder?
Y es que el poder, lejos de ser gratis, conlleva un precio que no se mide en dólares ni euros. Esta película nos invita a una reflexión profunda acerca de lo que realmente queremos, puesto que puede que aquello que deseamos requiera un sacrificio que ni tan siquiera sospechamos, un sacrificio del que luego podamos arrepentirnos eternamente, cuando ya no hay vuelta atrás. ¿Realmente merece perder el sueño por un puñado de dólares? ¿Merece la pena aumentar la cuenta bancaria en detrimento de tu tiempo libre, tus hobbis, tu tiempo con la familia y los amigos? Pensad en Urdangarín y tantos otros corruptos que, a pesar de tener millones en cuentas secretas, a pesar de tener más dinero del que gastarán en toda su vida, siguen amasando cantidades "irracionales" de dinero a costa de ser descubiertos un día y exponerse a ser llamados "basura" por toda la sociedad civilizada mientras cumplen condena en algún agujero.

Quizá el título en castellano, "El precio del poder", sea el resumen perfecto de este film.

PD: Genial interpretación de Al Pacino y algunos secundarios.