Aquellos que conozcan el trabajo de Denis Villeneuve, sabrán que sus obras siempre son unos viajes inmersivos que, poco a poco, te hacen adentrarte en su universo. ''La Llegada'' no es una excepción. La belleza y elegancia con la que está tratada tanto su realización como su guión ayudan a que te sientas dentro de sus escenarios.
En esta época del cine comercial en la que vivimos, el género ciencia ficción (concrétamente el de alienígenas), nos tiene acostumbrados a unas pautas que aquí son totalmente inexistentes. Que el personaje principal se dedique a traducir a los visitantes, la hace mucho más calmada que cualquier otra ''Guerra de los mundos''. Y además, sus formas son tan metódicas que acabas con la sensación de haber aprendido algo del mundo de la traducción. ''La Legada'' es una novedad en el género que perfectamente podría convertirse en un clásico de aquí a unos años. Inquieta, sorprende y emociona.
No todo es bueno. Sin hacer incapié en el 'qué', Villeneuve se ha metido en un terreno pantanoso al incluir ciertas cosas en su guion, pero probablemente sabía a lo que se enfrentaba al hacerlo, y se arriesgó igualmente a que algunas personas (como yo) encontrasen pequeñas incongruencias. No por ello rechazo sus ideas. El realizador en este caso no da la sensación de incluir un final pretencioso, sino que se dice a él mismo que lo que cuenta no es del todo correcto, y aun así, con su mimo hacia la obra en su conjunto, lo incluye como base indispensable.
Personalmente me encantaría pasar de largo todo eso y haber salido totálmente maravillado de esta implosión que es ''La legada'', pero no ha podido ser así.
Para terminar, un detalle que no tiene tanta importancia, pero que me sentía obligado a resaltar. Es la primera película en la que, a los dos segundos de empezar, ya me ha llegado al alma. ¿Por qué? Por la inclusión en su banda sonora de ''On the nature of Daylight'' compuesta por Max Richter. Música que incluyó Martin Scorsese en la ya clásica película ''Shutter Island'' con el mismo bello resultado.
EN RESÚMEN: Poesía visual alienígena, con cariño hacia sus personajes y con mareas en terreno inexplorado.