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España España · Santa Cruz de Tenerife
Voto de JohannesOrdet:
10
Drama Hacia 1930, en un pequeño pueblo de Jutlandia occidental, vive el viejo granjero Morten Borgen. Tiene tres hijos: Mikkel, Johannes y Anders. El primero está casado con Inger, tiene dos hijas pequeñas y espera el nacimiento de su tercer hijo. Johannnes es un antiguo estudiante de Teología que, por haberse imbuido de las ideas de Kierkegaard e identificarse con la figura de Jesucristo, es considerado por todos como un loco. El tercero, ... [+]
2 de septiembre de 2006
103 de 122 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi opinión, Ordet es una pelicula sobre la religión, sobre la esencia de la religión, la fe. Creer, tener fe, no debe ser solamente sentir algo o intuir algo o pensar en Dios o "creer un poco", sino algo absoluto. O por lo menos entiendo así lo pensó Kierkegaard, referente inmediato de Johannes "el loco", curioso Quijote. Precisamente ese era el salto que Kierkegaard no podía dar, el salto trascendente hacia lo absoluto de la fe. Religioso curioso nuestro filósofo, que no podía alcanzar aquello que sólo podía amar idealmente. Ahora bien, el personaje principal de Ordet sí ha dado ese paso que a Kierkegaard se le resitió . ¿Qué tenemos entonces? A un Johannes "el loco", supuestamente hereje, supuestamente un pobrecito alejado de la mano de Dios, y al gremio de "creyentes", tanto ortodoxos como heterodoxos, igualmente "creyentes oficiales". El gremio disputa sobre diversas cuestiones mientras los acontecimientos "cotidianos" se suceden, mientras que Johannes permanece "absorto" en su "melancolía" incomprensible para el gremio. Sin embargo, al final de la película, Johannes hace de puente entre la fe y el gremio, y como si de un demiurgo se tratase convoca a lo absoluto permitiendo así al gremio alcanzar la fe. "La joven del agua" pretende evocar algo parecido, pero sin el contenido "religioso" de Ordet, y para mí naufraga en el intento. ¿Para que hablar de la fe con metáforas? Pues, por ejemplo, para eludir el contenido religioso explícito, que no necesariamente el implícito. Ordet sin embargo va a por todas y es explícita al respecto: la cuestión es la fe, la fe religiosa. ¿Quién posee la fe? Johannes: lúcido para él mismo, loco para los demás. No en vano, en el momento en que el padre dice algo así como "ya no sé si Dios es ésto o es lo otro, si esta en mi o fuera de mi, si creo o no en Él, si me estoy volviendo loco", Johannes le responde algo así como "ahora te estás acercando a Dios". El final de Ordet curiosamente está rodado de forma naturalista, al igual que el resto de la obra. Este dreyeriano naturalismo trascendente resulta efectivo: Dios está en lo aparentemente trivial, en todas las cosas.Lo viciado del hombre es su mirada, la pregunta no es ¿Quién? ¿Cómo? sino ¿Dónde? Pero en la teología cristiana y sus derivados el "dónde" ya se da por hecho. El final resulta natural en una pelicula sobre la trascendencia, un naturalismo que extraña dado el phantasticum de la secuencia. Y ahí creo reside lo paradójico de Ordet, en su verismo fantástico. Al fin y al cabo, los temas de Dios son "fantásticos" pero "ciertos", tal vez más reales porque trascienden lo real, porque en ellos ya no hay fronteras ontológicas que separen lo real de lo imaginario, al ser del no-ser. ¿Barridas las fronteras cabe esperar que se produzca, efectivamente, lo imposible?
JohannesOrdet
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