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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
5
Fantástico. Aventuras Terminado el verano, Harry (Radcliffe) no ve la hora de abandonar la casa de sus odiosos tíos, pero, inesperadamente se presenta en su dormitorio Dobby, un elfo doméstico, que le anuncia que correrá un gran peligro si vuelve a Hogwarts. A pesar de los esfuerzos del elfo por retenerlo, Harry es rescatado por Ron y sus hermanos, con la ayuda de un coche volador, y recibido con los brazos abiertos en el cálido hogar de los Weasley. A pesar ... [+]
5 de enero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es habitual, casi un lugar común, señalar el proceso de oscurecimiento al que Alfonso Cuarón sometió a la saga «Harry Potter» en su tercera entrega. No lo es tanto apuntar que dicha operación parece iniciarse ya durante el título que nos ocupa. Asimismo, resulta evidente que Chris Columbus, quintaesencia del entretenimiento familiar, no era el más indicado para llevarla a término; de ahí —al menos en parte, supongo— el cambio de realizador.
En efecto, «Harry Potter y la cámara secreta» carece del efecto sorpresa de su predecesora y de buena parte del encanto que aquélla dimanaba. A esto último contribuye algo tan natural como cruel: el paso del tiempo. Los adorables niños de «Harry Potter y la piedra filosofal» empiezan a adentrarse en los hórridos años de la (pre) adolescencia, cosa de la que, por fuerza, tenía que resentirse el entrañable espíritu fundacional.
La película, igual que sus protagonistas, transmite la sensación de estar a medio cocer. Ha dejado de ser un inocente divertimento navideño, pero a Columbus le falta el colmillo necesario para insuflarle el vitriolo que demandaba la historia. Los efectos digitales, me figuro que en su momento uno de los puntos fuertes de la cinta, hoy empiezan a antojarse algo toscos. Tampoco ayuda una duración más propia de una miniserie que de un largometraje —dos horas y media que en numerosos tramos llegan a hacerse bastante pesadas—.
El resultado es un deslavazado conjunto de estampas rodadas, eso sí, con la pericia que cabría esperar de un director con el oficio de Columbus —agraciado, además, con un presupuesto asaz generoso—, pero huérfanas del nervio y el carisma que adornaran a «Harry Potter y la piedra filosofal». Por suerte para sus millones de seguidores, la productora supo ver los (muy tempranos) síntomas de agotamiento y dar un golpe de timón que vivificase la fórmula.
Carorpar
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