Partiendo de que no me atraen en absoluto los musicales, este sin embargo, supera ampliamente a bodrios de nueva generación como "Moulin Rouge", o "Chicago". Aquí el baile es un personaje más de la trama y está supeditado a la historia, y no a la inversa. Si en este film se baila, es porque la situación lo requiere (bellísimas las escenas de padre-hija o marido-mujer donde mientras hablan de su vida cotidiana, bailan), no para congratularse con el espectador.

El elenco de los personajes por su parte, transmite pasión, denota que, aunque sean actores, viven sus personajes desde el amor al espectáculo.

Por otra parte, la estructura de la película es muy interesante, así como la filmación de cada shows. Con un par de flashbacks y conversaciones, te pones en la piel de Joe, el protagonista. Un alter ego del propio Bob Fosse.

La banda sonora, magnífica. Eso sí que eran musicales de verdad.