Con una nota de 5, una sinopsis de dos líneas y escasas críticas ¿qué hacer? Bueno, no pasa nada, la grabo de la tele y si no me gusta, me pongo otra cosa. Al fin y al cabo tiene un voto mayoritario de 6.
Seis personajes -y un bebé- confluyen muy a su pesar en medio del desierto tras un catastrófico accidente automovilístico.
Al remontar una duna a toda velocidad, no uno, sino dos mucho-terreno de esos que ahora se prodigan, impactan contra otros vehículos que se encontraban detenidos en medio de la carretera. Estas escenas serán un punto fuerte de la cinta.

El desconcierto es total, con cuentagotas se van destapando los pecados de cada personaje y la situación de desamparo se fuerza al límite. Ahora sí, ya estamos interesados en ver qué diantres está pasando aquí. La dirección -y el guión- de Marconi es magnífica. La dosificación de las sorpresas tampoco va aclarando las motivaciones de cada sujeto y siempre querremos saber más. ¿Quién es el moro? ¿Por qué estaba preso el canalla? ¿Quién es la pelirroja vestida de mora? ¿Qué pinta el bebé aquí?

Las películas de desierto suelen cansar al cabo de un buen rato así que, bien dirigida, tras un par de muertos más, Marconi saca del mar de arena a los que quedan y los lleva a la exótica civilización de una población marroquí. No hay favoritos, cada uno busca la cabeza del otro sin que se pueda anticipar cómo se resolverán los conflictos y todos pueden terminar antes del final.

Es cine de aventura; si le tiene aversión al género, no lo intente, pero si no, esta cinta contiene elementos singulares que le ofrecerán una historia contada de un modo diferente, nada extravagante eso sí, esto no es Pulp Fiction, pero sí que toma distancia con el pelotón de producciones que muestran sus cartas en el primer acto. Modesta en su presupuesto, si no se niega a hacer algunas concesiones, es un buen plan para ponerse delante de la tele. Bien por los actores ¿marroquíes?
Un abrazo para Marconi y su gente.