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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Nostradamus:
2
Comedia. Romance Cuatro historias independientes con un escenario común: la ciudad de Roma. En la primera, un matrimonio americano (Woody Allen y Judy Davis) viaja a italia para conocer a la familia del prometido de su hija (Alison Pill). En la segunda, un italiano (Roberto Benigni) se hace famoso sin motivo de la noche a la mañana. En la tercera, un arquitecto californiano (Alec Baldwin) visita Roma con sus amigos donde conoce a un estudiante (Jesse ... [+]
13 de noviembre de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después que Woody Allen descubriera con entusiasmo que hay otro mundo más allá de Nueva York y decidiera retratarlo con sus particulares pinceladas, apareció un bienvenido aire de renovación en su extensa filmografía que lo llevó a incursionar en temáticas que todavía no había abordado y, aún mejor, olvidarse por un tiempo de las terapias psicoanalíticas.

Esta vez dejó Paris y se mudó a Roma, con la visible intención de capturar en la “ciudad eterna” las imágenes e impresiones que parecieron conformarlo en la “ciudad de la luz”, a él y a la gran mayoría de los espectadores, y todavía deslumbrado por su descubrimiento de la verdadera extensión del mundo, mucho más lejos que Manhattan, la vecina isla de su Brooklin natal, y ya habiendo visitado con su cámara Inglaterra y España.

Claro que tanto ir de acá para allá, y de hacer y deshacer el equipaje, esta vez pareciera no haber tenido tiempo suficiente de escribir el guión, ya que ni bien dejó Fiumicino daría la impresión que se largó a filmar, sin siquiera pasar por el hotel, pegarse una ducha (de esas que tanto le hace dar a uno de sus personajes) y repasar, aunque sea, las ideas. Ni siquiera Alec Baldwin, Penélpe Cruz o Alessandra Mastronardi tuvieron tiempo de cambiarse la ropa.

Lo cierto es que el producto final que consiguió contrasta demasiado con la belleza de Roma, ofreciéndonos una serie de historias en tono de comedia, incoherentes, absurdas (casi tanto como la obra del personaje que él mismo interpreta), desarticuladas y carentes por completo de alguna pizca de ingenio o gracia. Para peor, maltrata descaradamente a muchos de sus personajes, que aparecen o desaparecen de escena como por arte de magia, casi improvisadamente.

En definitiva y para no cansar, un simple boceto de Roma y un verdadero fiasco de película. Tan insufrible y chata como la versión de “Amada mia, amore mio” que The Starlite Orchestra aporta repetidamente (Ray Conniff me lo hubiera hecho más soportable), al punto de la tortura.

¿Será tiempo de hacer las valijas y volver a casa?
Nostradamus
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