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Voto de kiss_army:
7
7,4
86.151
Drama
Andrew Beckett, un joven y prometedor abogado de Philadelphia, es despedido del prestigioso bufete en el que trabaja cuando sus jefes se enteran de que ha contraído el sida. Decide entonces demandar a la empresa por despido improcedente, pero en un principio ningún abogado acepta defender su caso. (FILMAFFINITY)
15 de octubre de 2010
30 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Philadelphia se muestra con claridad la dicotomía entre la forma y el fondo y las diferencias que entre uno y otra pueden darse. Comencemos con la forma, obviemos el fondo por un momento. ¿Qué es Philadelphia? Una típica película de juicios hollywoodiense con drama de fondo con buena factura, holgados medios, reparto más que adecuado y director de solvencia más que probada (a pesar de su irregular carrera y de, en este caso, el abuso constante de los primeros planos). Y por supuesto la canción de Springsteen. Buena canción que, aun estando a años luz de sus mejores temas, encaja perfectamente en la película (como posteriormente ocurrió con "The wrestler" en la genial película homónima).
El fondo: la contundente y a la vez equilibrada puesta en escena de un tema tan delicado como es el SIDA. Más aun en esa época, más aun tratándose de un homosexual. Y el hecho de que sea una película con grandes estrellas, producida por un gran estudio es muy importante a la hora de dirigir un mensaje de denuncia hacia la discriminación que sufre tanta gente por padecer el virus. Porque al fin y al cabo, si la película es una pequeña joya pero no es vista por casi nadie esa labor de denuncia queda paralizada a pesar de sus méritos artísticos. En mi opinión, el principal valor de Philadelphia es poner sobre la mesa, enfente de las retinas del gran público temática tan delicada. Y hacerlo con un cine comercial, sí; pero también de calidad. Ahora bien, ¿realmente el cine, el arte en general, tiene la capacidad de concienciar a la gente, de hacerla moverse por lo que creen justo tras el visionado de una obra? Lamentándolo mucho lo dudo. Una determinada obra puede ayudar a concienciarse a una minoría sobre un determinado tema, y eso ya es un logro, pero no nos engañemos; jamás moverá masas. Aun así, creo que en este caso ofrecer una visibilidad de la que hasta ese momento carecía el tema me parece digno de admiración. Recientemente se han publicado las declaraciones del arzobispo de Bruselas, máximo responsable de la Iglesia en Bélgica, afirmando que el sida es un acto de "justicia". Cuando aun surgen de vez en cuando opiniones como esta está claro que no hemos avanzado gran cosa en el tema de la aceptación de la enfermedad. Por no hablar de la gran labor que hace la iglesia católica en África fomentando la pandemia. Soy un demagogo y arderé en el infierno por ateo y masón, pero no es el tema.
Decía anteriormente que Philadelphia es una típica película de juicios hollywoodiense. Y lo es. Pero como en los típicos westerns, o las típicas comedias, en este caso también las hay buenas o malas. Y creo que Philadelphia está más cerca del primer caso. A pesar de sus defectos. Se hubiese agradecido un mayor riesgo en lo formal. También que se hubiese evitado un subrayado constante de las ideas que se plantean y que el espectador ya capta sin necesidad de tanta insistencia: el rechazo hacia el enfermo, la homofobia recalcitrante... (Sigue)
El fondo: la contundente y a la vez equilibrada puesta en escena de un tema tan delicado como es el SIDA. Más aun en esa época, más aun tratándose de un homosexual. Y el hecho de que sea una película con grandes estrellas, producida por un gran estudio es muy importante a la hora de dirigir un mensaje de denuncia hacia la discriminación que sufre tanta gente por padecer el virus. Porque al fin y al cabo, si la película es una pequeña joya pero no es vista por casi nadie esa labor de denuncia queda paralizada a pesar de sus méritos artísticos. En mi opinión, el principal valor de Philadelphia es poner sobre la mesa, enfente de las retinas del gran público temática tan delicada. Y hacerlo con un cine comercial, sí; pero también de calidad. Ahora bien, ¿realmente el cine, el arte en general, tiene la capacidad de concienciar a la gente, de hacerla moverse por lo que creen justo tras el visionado de una obra? Lamentándolo mucho lo dudo. Una determinada obra puede ayudar a concienciarse a una minoría sobre un determinado tema, y eso ya es un logro, pero no nos engañemos; jamás moverá masas. Aun así, creo que en este caso ofrecer una visibilidad de la que hasta ese momento carecía el tema me parece digno de admiración. Recientemente se han publicado las declaraciones del arzobispo de Bruselas, máximo responsable de la Iglesia en Bélgica, afirmando que el sida es un acto de "justicia". Cuando aun surgen de vez en cuando opiniones como esta está claro que no hemos avanzado gran cosa en el tema de la aceptación de la enfermedad. Por no hablar de la gran labor que hace la iglesia católica en África fomentando la pandemia. Soy un demagogo y arderé en el infierno por ateo y masón, pero no es el tema.
Decía anteriormente que Philadelphia es una típica película de juicios hollywoodiense. Y lo es. Pero como en los típicos westerns, o las típicas comedias, en este caso también las hay buenas o malas. Y creo que Philadelphia está más cerca del primer caso. A pesar de sus defectos. Se hubiese agradecido un mayor riesgo en lo formal. También que se hubiese evitado un subrayado constante de las ideas que se plantean y que el espectador ya capta sin necesidad de tanta insistencia: el rechazo hacia el enfermo, la homofobia recalcitrante... (Sigue)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Esto se muestra con bastante sutileza en un principio, pero se acaba abundando en demasía en ello. Hay que citar la importancia que tiene la homosexualidad en la película y su relación directa con el contagio. Si un portador del virus ya es tratado como un apestado a esto se le une una moral cristiana que condena esa homosexualidad y la señala como causante del drama. No es lo mismo contraer el SIDA por una transfusión que por mantener sexo homosexual sin protección. Hasta para la tragedia hay clases: la primera víctima lo es de un lamentable accidente, la segunda se lo ha buscado.
A pesar de la predecible evolución del abogado interpretado por Denzel Washington hay una cosa que no me cuadra. ¿Por qué acepta el caso?¿Lo acepta después de la escena de la biblioteca porque cree que es su deber defender lo que es justo a pesar de su homofobia como dirá posteriormente? Suena muy bonito, pero no cuela después haber evidenciado tanto su cinismo. De todas formas, la evolución más interesante es la de Tom Hanks, en este caso interpretativamente, desde el alegre ambicioso del comienzo hasta el moribundo del final. El resto del reparto, sin destacar tanto, también ofrece una interpretación ejemplar (entre ellos la que habrá sido durante decadas una de las mujeres mas envidiadas del mundo: Joanne Woodward). Y es curioso que lo mejor que ha hecho "Anchonio" en hollywood haya sido en sus primeras películas ahí. No quería dejar pasar el hecho de que el personaje de Tom Hanks es víctima de una fría burocracia movida exclusivamnte por intereses económicos dispuesta a hundir a cualquiera que no esté a la altura o que ponga en peligro la maquinaria capitalista. En este caso es un bufete de abogados, pero podría tratarse de cualquier tipo de empresa. Si nos pones en peligro, o peor aun, si creemos que nos pones en peligo sobras. Y no hay que olvidar, y esto creo que es importante, que ese mismo personaje pertenecía encantado a ese engranaje hasta que apareció la tragedia. A pesar de las bonitas palabra del final, su vocación de buscar justicia etc... tampoco cuela. ¿Buscar justicia en un gran bufete de abogados? El jurado se lo creería, yo no.
Y ya terminando quería destacar que a pesar de sus defectos me parece una película emotiva. Por la actitud de su familia y su entorno, por la naturalidad y poca exageración con que trata la homosexualidad, porque no se abusa de el patetismo del tema (aunque en el final, inevitablemente, se esté cerca), porque el happy end es imposible ya que ganar el juicio no deja de ser una victoria pírrica y porque la película concluye de forma hermosa: con las imágenes de la infancia, donde el niño que fue está tan lejos de la tragedia, de la injusticia, de la impureza dirían algunos. Se vuelve a un mundo en el que todos somos iguales, utopía esta que los adultos jamás conseguiremos. Por mucho que así lo afirmen los padres de la patria, ya sea en Philadelphia o en Palencia. Asco de mundo.
A pesar de la predecible evolución del abogado interpretado por Denzel Washington hay una cosa que no me cuadra. ¿Por qué acepta el caso?¿Lo acepta después de la escena de la biblioteca porque cree que es su deber defender lo que es justo a pesar de su homofobia como dirá posteriormente? Suena muy bonito, pero no cuela después haber evidenciado tanto su cinismo. De todas formas, la evolución más interesante es la de Tom Hanks, en este caso interpretativamente, desde el alegre ambicioso del comienzo hasta el moribundo del final. El resto del reparto, sin destacar tanto, también ofrece una interpretación ejemplar (entre ellos la que habrá sido durante decadas una de las mujeres mas envidiadas del mundo: Joanne Woodward). Y es curioso que lo mejor que ha hecho "Anchonio" en hollywood haya sido en sus primeras películas ahí. No quería dejar pasar el hecho de que el personaje de Tom Hanks es víctima de una fría burocracia movida exclusivamnte por intereses económicos dispuesta a hundir a cualquiera que no esté a la altura o que ponga en peligro la maquinaria capitalista. En este caso es un bufete de abogados, pero podría tratarse de cualquier tipo de empresa. Si nos pones en peligro, o peor aun, si creemos que nos pones en peligo sobras. Y no hay que olvidar, y esto creo que es importante, que ese mismo personaje pertenecía encantado a ese engranaje hasta que apareció la tragedia. A pesar de las bonitas palabra del final, su vocación de buscar justicia etc... tampoco cuela. ¿Buscar justicia en un gran bufete de abogados? El jurado se lo creería, yo no.
Y ya terminando quería destacar que a pesar de sus defectos me parece una película emotiva. Por la actitud de su familia y su entorno, por la naturalidad y poca exageración con que trata la homosexualidad, porque no se abusa de el patetismo del tema (aunque en el final, inevitablemente, se esté cerca), porque el happy end es imposible ya que ganar el juicio no deja de ser una victoria pírrica y porque la película concluye de forma hermosa: con las imágenes de la infancia, donde el niño que fue está tan lejos de la tragedia, de la injusticia, de la impureza dirían algunos. Se vuelve a un mundo en el que todos somos iguales, utopía esta que los adultos jamás conseguiremos. Por mucho que así lo afirmen los padres de la patria, ya sea en Philadelphia o en Palencia. Asco de mundo.