Que vaya por delante que no soy nada partidario de las comedias románticas americanas. Dicho queda. Y es más, os diré porqué.
No sé si soy yo, o ¿todas son iguales? Un producto que consiste en: chica guapa conoce chico guapo, que si sexo, que si jaja, que si jeje, que si te quiero, que si no… envuelto con cuatro chistes fáciles, el típico amigo negro gracioso (sin ofender y con el máximo respeto, pero fijaros que en todas las comedias aparece) y un final “perfecto”. Será que en la carrera de cineasta hay una asignatura que se llama ¿cómo escribir una comedia romanticona y triunfar en taquilla? Será que si intentas algo diferente, ¿te suspenden? Pues será eso, supongo.

Con esto, desmembrado queda el film, no vale la pena entrar en análisis más profundos puesto que el mayor debate que podríamos sonsacar de esta historia es: ¿¿en qué demonios estaba pensando Natalie Portman cuándo aceptó este papel??? Aunque no me disgusta su actuación, creo que no le beneficia para ser tomada en serio después de su exhibición en Cisne negro. Lo de Aston Kutcher no merece comentarios, en la asignatura de cineasta que os comentaba antes deben indicar claramente que este personaje, u otros como Adam Sandler, deben formar parte del reparto.

No os comprometáis con ella, acabareis divorciados.