Para mí la clave está en dos comentarios que se hacen desde el principio. El cerebro libera DMT al morir, y la DMT puede distorsionar tanto la percepción del tiempo que unos segundos pueden percibirse como varias semanas. A partir de ahí, creo que hay una interpretación muy probable, que es de la que hablo: el protagonista consume DMT, después va al bar, es disparado y muere. Al haber consumido DMT y juntarse con la DMT que se libera al morir, tiene una alucinación que ocupa la mayor parte de la película. En esta alucinación mezcla recuerdos del pasado con suposiciones de lo que pasará con sus seres queridos, fuertemente influidas por las cosas que ha pensado en los últimos minutos (es decir, sobre todo, el Libro de los Muertos tibetano). A lo largo de este trip podemos ver desde los recuerdos más profundos del inconsciente (el pecho de la madre, por ejemplo) hasta incoherencias que no siguen las normas del mundo real (como su hermana quedándose embarazada apenas una semana después de haber abortado). Todo forma un puzzle calculado al milímetro, un viaje fascinante.